¿De la desnazificación a la desmacronización, pasando por la deszelenskización?
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En Francia el horno no está para bollos para Emmanuel Macron. Sus propios compañeros de partido quieren que el mandatario francés mantenga un perfil bajo durante la campaña rumbo a los comicios del 30 de junio y el 7 de julio, anunciados por el propio Macron, tras la debacle de su partido en las recientes elecciones al Parlamento Europeo. Fuera de la foto En un reciente artículo titulado ¿Es Macron demasiado tóxico para ganar?, el periódico estadounidense Politico detalla que "incluso sus aliados no quieren el rostro del presidente francés en sus carteles, ni su voz en la radio". La publicación recoge la opinión de varios colaboradores del mandatario en el Palacio del Elíseo y de altos miembros de la agrupación Renacimiento, fundada por el propio Macron, concluyendo que "dentro de Francia, se le ve cada vez más como un lastre". "Las tensiones dentro de la coalición que respalda a Macron son tales que los pesos pesados están pidiendo al presidente francés que dé un paso atrás. François Bayrou, un aliado clave y uno de los primeros partidarios de Macron, estuvo en el Palacio del Elíseo el lunes por la tarde para enviar el mensaje de que Macron no debe involucrarse demasiado en la campaña, según explicó un legislador centrista. Bayrou incluso ha discutido una necesaria 'desmacronización' con sus parlamentarios, según declaró el mismo legislador", revela el artículo. "Cuanto más habla, más puntos perdemos [en las encuestas]", concluye un asesor de un diputado del partido de Macron en la nota. El doctor en Geopolítica Rolando Dromundo advierte que si Macron intenta hacer estas elecciones legislativas como un tipo de referéndum en torno a su persona, está corriendo un grave riesgo de que el resultado va a ser todavía peor. "Entiendo la justificación de sus aliados, porque ven que se les va a caer todo, se les va a ir el poder de las manos, pero es difícil pedirle a un ‘narciso’, que deje de ser 'narciso'", ironiza el analista. "Es un poco complicado, hay que ver cómo aterrizan eso en términos de estrategia de campaña", añade Dromundo. En tanto, el periódico The Times informa que en el círculo íntimo de Volodímir Zelenski han saltado las alarmas por la creciente influencia del jefe de la Oficina del presidente, Andréi Yermak, quien concentrar cada vez más poder en sus manos. Las fuentes del periódico británico —gubernamentales, militares y diplomáticas en Ucrania— describen a Yermak como "el jefe de Estado de facto" y "vicepresidente". Los diplomáticos que cita el medio, añaden que Yermak tiene el control exclusivo del acceso a Zelenski y que los embajadores de los países del G7 tienen que reunirse con él, en lugar de con Zelenski. Mientras, el Finacial Times advierte que la continua rotación de personal clave en el aparato administrativo de Ucrania, por parte de Volodímir Zelenski, está dejando una impronta negativa en su relación con sus socios occidentales, que ponen en duda lo acertado de sus decisiones. En este sentido, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, aseguró que Zelenski "será reemplazado" cuando "haga lo que Occidente le diga". "Creo que la Administración estadounidense obligará a los militares ucranianos a reducir la edad de movilización hasta los 18 años y luego se deshará de Zelenski", auguró Putin, al afirmar que "ya hay candidatos". "Yo creo que Zelenski se va a mantener lo que quiera mantenerlo Washington. Al final de cuentas, él depende del apoyo que le dé EEUU. Creo que no tienen otra carta en este sentido. A Washington no le convendría. Seguramente están al tanto de los juegos de poder que hay [en Kiev]. Seguramente, en una situación como la actual, un cambio de Gobierno [en Ucrania] probablemente sería en detrimento de lo que quiere hacer Washington en la región", concluye Dromundo.