Delirio narcisista: "Lo padecen las élites occidentales, síntoma de su degeneración y decadencia"
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Se ha llegado a un punto donde las élites políticas, intelectuales, militares y mediáticas occidentales están mentalmente afectadas. "Lo podemos identificar fundamentalmente en cuatro tipos de distorsiones cognitivas, de desórdenes, de patologías, que acaban en delirio", explica el director del Instituto Español de Geopolítica, Juan Aguilar. Los síntomas De acuerdo a Aguilar, es evidente que todo el proceso educativo, de formación de las élites occidentales, ha ido sufriendo una degeneración en las últimas décadas. El experto analiza en detalle los cuatro tipos de distorsiones cognitivas que padecen dichas élites. Para empezar, cita "el conflicto mental que se produce cuando los hechos no se corresponden con lo que uno piensa, lo que se denomina disonancia cognitiva". "El resultado de esto es tensión, ansiedad, el ocultamiento de acciones o creencias, o ignorar hechos o datos que cambiarían tu visión de la realidad. Es decir, hay una falta de concordancia entre los hechos, y lo que se dice. Esta disonancia cognitiva la vemos claramente en todas las élites occidentales". "Hay otro efecto, que es el de Dunning Kruger", explica Aguilar. Explica que es "un sesgo cognitivo que es cuando aquellos que son incompetentes en un área […], se sobreestiman. Piensan que son mucho mejores que los demás, mucho mejores que nadie. Piensan que son las personas llamadas por la providencia para llevar adelante, sea cual sea el proyecto". A continuación, el analista señala otro delirio entre las élites occidentales, el de proyección. "Es el de atribuir a los otros, los propios defectos y carencias. Es como decir ‘China o Rusia es una dictadura’. Y esto lo dicen y lo sostienen aquellos que están todo el día prohibiendo, reprimiendo, censurando, o metiendo a periodistas a la cárcel. Es una típica disonancia"."Y por último, hay otro sesgo, también muy importante, que es el de atribución hostil, que es la propensión a atribuir a los otros una intención hostil: 'nos van a atacar, son una amenaza'. En el fondo es un prejuicio", subraya el experto. "Si juntas todo esto en las élites occidentales, ¿qué tienes? Un delirio, el delirio narcisista, que es un trastorno mental de tipo esquizoide paranoide: cualquier médico psiquiatra lo puede argumentar perfectamente. Es un sentimiento irracional de superioridad: 'nosotros somos los buenos, los ricos, los altos, los guapos, y tenemos la verdad. Y los demás son todos salvajes, bárbaros, ignorantes, borrachos e inútiles'. Esto crea un delirio que impide tener una imagen objetiva de la realidad", y cuando eso pasa "se hacen análisis falsos, se sacan conclusiones falsas, y se toman decisiones erróneas. Y esto es lo que vemos en cualquiera de las decisiones que toman las élites occidentales últimamente", argumenta el analista. "Lo de la conversación de los mandos militares alemanes con respecto al ataque al puente de Kerch, no es más que un ejemplo. Todos los días observamos declaraciones, peroratas y acusaciones que obedecen al mismo sesgo, al mismo delirio, sea de dirigentes políticos, primeros ministros, periodistas, da lo mismo. Es una enfermedad que padecen las élites occidentales y que es un síntoma de su degeneración y decadencia", sentencia Juan Aguilar.