Una montaña de basura convertida en parque 

En el pasado, Israel manejaba sus residuos de la misma manera que muchos otros países: estableciendo áreas para vertederos de basura. Sin embargo, después de 46 años de hacerlo así, surgieron graves problemas ambientales. Una enorme montaña de basura de más de 60 metros de altura provocó olores desagradables, emisiones de gas metano, filtraciones de líquidos que contaminaron los ríos cercanos y una nube de aves que amenazaban los vuelos entrantes y salientes de la ciudad. Fue en 1998 cuando el gobierno israelí decidió implementar un nuevo sistema para la clasificación y transformación de los desechos. Así nació la moderna planta de Hiriya, equipada con tecnología de última generación para el reciclaje sostenible y un sistema innovador para transformar los desechos orgánicos en productos amigables con el medio ambiente. Además, se perforaron pozos en el antiguo vertedero para canalizar el gas metano y convertirlo en biogás, generando una fuente de energía renovable utilizada para proporcionar electricidad a una fábrica textil local. El lugar donde antes se acumulaban montañas de basura, ahora es el hermoso Parque Ariel Sharon, una gran extensión verde que cuenta con múltiples vías para bicicletas, plazoletas para reuniones y conciertos, y senderos para caminantes. Desde allí, se pueden admirar las mejores vistas de la ciudad de Tel Aviv. Mientras que en varios países del mundo seguimos afectando al medio ambiente con nuestros desechos, Israel encontró en la basura una oportunidad para generar empleo, recursos y soluciones ambientales.