A Dios sea la gloria por siempre (IV). Efesios 3:20-21

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

304 - Ef 3:20-21 – A Dios sea la goria por siempre (IV) Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.   Esta doxología, himno de alabanza, es el final de la primera parte de la carta de Éfesos donde el apóstol Pablo describe su tesis doctrinal sobre la maravillosa obra redentora de Dios en Cristo y la misión de la iglesia de difundir este mensaje. Para culminar todo lo que ha estado declarando acerca de la provisión sin límites de Dios para sus hijos en Ef 3:16-19, Pablo hace ahora su gran doxología, un himno de alabanza y gloria que introduce con las palabras: y a Aquel. Cuando el Espíritu Santo nos ha investido de poder, Cristo por la fe habita en nosotros, el amor nos ha dominado por completo y Dios nos ha llenado con su propia plenitud, entonces Él [Dios] es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Hasta que esas condiciones no se cumplen, la obra de Dios en nosotros es limitada, pero al cumplirse su obra en nosotros carece de límites. Jesucristo enseña: "De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré"  (Jn 14:12-14).    1. Aquel [Dios] que es poderoso (Ef 3:20a). No existe situación en la que el Señor no pueda usarnos, siempre y cuando estemos sometidos a Él. Como se ha indicado con frecuencia, el versículo 20 es una progresión piramidal de la capacitación en el poder de Dios: Él es poderoso; Él es poderoso para hacer; Él es poderoso para hacer todas las cosas; Él es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundante de lo que pedimos; Él es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundante de lo que pedimos o entendemos. No existe duda alguna en la mente de los creyentes en  el sentido de que Dios es poderoso para hacer más de lo que podemos concebir, pero muy pocos cristianos disfrutan de verdad el privilegio de verle hacer eso en sus vidas, porque no están siguiendo el patrón de capacitación espiritual presentado en estos versículos. Es el poder de Dios el hace que la iglesia ejecute con eficiencia la obra de Dios porque: “poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.” (2Co 9:8)  2. Según el poder que actúa en nosotros (Ef 3:20b). El apóstol Pablo declaró que la eficacia de su propio ministerio radicaba en que: "ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (1Co 2:4), "porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder" (1Co 4:20). A lo largo de su ministerio el apóstol se esmeró en cumplir lo siguiente: "No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios" (2Co 6:3-7). Todo lo que Pablo hizo fue en el poder de Dios, y en el poder de Dios no había una sola cosa dentro de la voluntad del Señor que él no pudiese ver realizada para gloria de Dios. Ese es el mismo poder que actúa en nosotros cuando somos bautizados en el  Espíritu Santo y viene sobre nosotros según la promesa en Hch 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,