A Dios sea la gloria siempre. Romanos 11:36

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

301 – Ro 11:36 – A Dios sea la gloria por siempre. Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén.   Si hacemos una analogía de la Biblia como un anillo, el libro de Romanos es el dimante del anillo, y el punto más elevado del diamante es Ro 11:36. El apóstol Pablo explica: (1) Ro 1:1-3:19 la doctrina del pecado, con la condición pecadora de toda persona. (2) Ro 3:20-5:21 la gran obra de Cristo en la cruz para proveer una justicia y un sacrificio para que podamos ser justificados solo por fe. (3) Ro 6-7-8  Enseña la doctrina de la santificación (4) Ro 9-10-11 Pablo hace la gran defensa de la gracia soberana de Dios y su fidelidad para cumplir sus promesas. Luego de toda esta revelación doctrinal el apóstol Pablo irrumpe en reverencia a Dios con una alabanza en Ro 11:33-36 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a Él primero, para que le fuese recompensado? Porque de Él, y por Él, y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén. Aquí es donde Dios quiere que estemos cuando hayamos escuchado, estudiado Ro 1-11: Sorprendidos de la misericordia, y adorando a Dios mediante Jesucristo. Esta es la reacción que nos permitirá vivir las demandas morales prácticas que enseñará en Ro 12-15.   1. Todas las cosas son de Dios, por Dios, y para Dios. Ro 11:36 es el resumen de Ro 1-11. Las riquezas y sabiduría y conocimiento de Dios son inefablemente profundas (Ro 11:33a), por lo cual Ro 11:36 es cierto: "de El, por El son todas las cosas". Dios es absolutamente soberano.  Esto significa que el origen supremo o la causa suprema, o la decisión suprema para todo, es Dios. Todo es dependiente de su existencia en Dios, en su comienzo y durante toda su existencia (de Él, por Él). Enseña Ef 1:11 [Dios] hace todas las cosas según el designio de su voluntad. Lo dice en Ro 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Enseña Pr 16:33 La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella. Las tinieblas y el pecado no provienen de la naturaleza de Dios porque Dios es Santo, es luz y ningunas tienieblas hay en  Él (1Jn 1:5). El apóstol Juan lo explica en 1Jn 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 2. Nadie puede dar un regalo a Dios para hacerle deudor. Ro 11:35 ¿O quién le dio a Él primero, para que le fuese recompensado? La respuesta es: Nadie. Todo proviene de Dios y mediante Dios, Él posee todas las cosas y nunca podremos darle nada que ya no le pertenezca. Lo que significa que nunca podemos hacerle nuestro deudor. Una negociación con Dios es absolutamente imposible. No estamos en posición de negociar. Somos totalmente suyos, y ocupamos su territorio. Cada aliento que tomamos es un regalo. Cada virtud que desarrollamos es una gracia. "(Dios) ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da  a todos vida y aliento y todas las cosas". 3. Nadie puede dar un consejo a Dios acerca de cómo debiera hacer las cosas. Ro 11:34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? La respuesta es: Nadie ha conocido su mente como para ser su consejero. Gracias a la revelación, sabemos algo acerca de su mente. Pablo en Romanos nos ha dado 11 capítulos antes de llegar a esta pregunta acerca de la mente de Dios. Se supone que los entendamos. Pero nadie conoce la mente de Dios de modo que pueda convertirse en su consejero. El mundo está lleno de personas que quieren aconsejar a Dios. No aman ni se deleitan en la fe o la esperanza. Ofrecen consejo. Le dicen a Dios: "no me gusta la manera en que gobiernas el mundo; creo que debieras hacerlo así". No aconseje. No amenace a Dios.