Descansando en Dios - Salmo 3:5-6
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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001 - Salmo 3:5-6 Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí. El sueño no se concilia muy fácilmente en medio de una crisis. EL rey David escribió este salmo cuando su hijo Absalón se rebeló contra él. David pudo haber pasado noches en vela cuando su hijo Absalón se rebeló y reunió un ejército para matarlo. Sin embargo, durmió tranquilamente, aun en medio de la rebelión. ¿Qué marcó la diferencia? David clamó a Dios y El lo escuchó. La seguridad de una oración contestada da paz. David dijo en el Sal 40:1 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. I. Sal 3:5 Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba. Es más fácil dormir bien cuando aceptamos, con plena confianza que Dios tiene el control de toda circunstancia. Si usted se pasa la noche despierto (a) por la preocupación de no poder cambiar las circunstancias, derrame su corazón delante de Dios y agradézcale que El lleva las riendas de todo. Deje las circunstancias en las manos de Dios y no las vuelva a tomar. Luego, ¡descanse! Jesucristo nos recuerda lo que dijo en Jn 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. EL apóstol Pablo enseña cómo obtener la paz en Fil 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Los creyentes debemos echar todo muestro descontento, desánimo, desesperanza y sufrimiento en el Señor, y confiar en que Él sabe lo que hace en la vida de cada uno de nosotros. David tenía esa experiencia de orar, clamar a Dios en tiempos de angustia y ser escuchado como lo dice en el Sal 18:6 En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. La soberanía, la voluntad de Dios se manifiesta en nuestras pruebas, dificultades como lo explica Ro 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Además de sumisión y humildad, la principal actitud necesaria para una vida cristiana victoriosa es la confianza en Dios. Tengamos fe que es la plena confianza en Dios como enseña en He 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. El apóstol Pedro lo enseña en 1Pe 4:19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. II. Sal 3:6 No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí. Debemos confiar en Dios y creer que Él nos bendice y guarda todos los días de nuestra vida. Sal 27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Dn 9:18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. 1Pe 5:6-8 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; Descansemos en Dios confiando que El siempre tiene cuidado de nosotros. Dios te bendiga y guarde.