El agua que santifica. Efesios 5:25b-27
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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286 - Ef 5:25b-27 - El agua que santifica. … así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. El poder invencible de la palabra de Dios es representado con el símbolo del agua que santifica. El nuevo pacto de Dios con su pueblo incluye lavarnos con el agua que santifica como enseña Ez 36:25-27 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Después que nacemos de nuevo, somos nutridos con la leche espiritual, encendidos, avivados con el fuego, debemos seguir creciendo y viviendo en santidad durante toda la vida cristiana como enseña Ro 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. La santificación continua, progresiva solo podemos lograrlo con el poder invencible de la palabra de Dios. Jesucristo enseña en Jn 15:3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Y oró en Jn 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Símbolo 8. El agua que santifica. Ef 5:25b-27 … así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Después que nacemos de nuevo, somos nutridos con la leche espiritual, debemos seguir creciendo y viviendo en santidad durante toda la vida cristiana. para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. La gracia salvadora hace santos a los creyentes por la intervención de la palabra de Dios, de tal modo que puedan ser como una novia pura. Enseña Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. Al vivir en santidad podemos acercarnos al trono de la gracia purificados, santificados, lavados con la palabra de Dios como enseña He 10:22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Una iglesia gloriosa … santa y sin mancha. El poder de la palabra de Dios es la única que puede presentarnos sin mancha y sin arruga delante de Dios. (Ef 5:27; Col 1:28-29; 1Ts 5:23; Jud 24). El apóstol Pablo enseña: “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí.” (Col 1:28-29). Judas en su doxología enseña: “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.” (Jud 24-25). Los males del ser humano se presentan al dejar el agua que santifica como enseña Jer 2:13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. Sólo el agua que santifica, la palabra de Dios, puede darnos vida eterna como enseña Jesucristo a la mujer samaritana en el pozo de Jacob en Jn 4:13-14 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua [del pozo de Jacob],