El camino nuevo y vivo de la fe - He 10:19-25
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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099 – Hebreos 10:19-20 – La fe nueva y viva. Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, El escritor a los Hebreos inicia enseñando aquí en He 10:1-18, que Jesucristo con un solo sacrificio, hecho una sola vez y para siempre, nos santificó y se ha sentado a la diestra del Padre. He 10:12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, He 10:14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. A partir de He 10:19 inicia a enseñar cómo poner en práctica la doctrina de la fe en Jesucristo. LO QUE HIZO JESÚS POR NOSOTROS (He 10:19-21) I. Darnos libertad para entrar al lugar santísimo. He 10:19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo. Tenemos libertad (parrhesia: confianza, seguridad, valentía, amistad, relación permanente con Dios) para entrar al Lugar santísimo, la presencia misma de Dios. Enseña Ef 2:18 porque por medio de Él (Cristo) los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para entrar en el Lugar Santísimo significa acceso a la misma presencia de Dios. Enseña He 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Por la sangre de Jesucristo. Jesucristo es el único que puede limpiar la mancha del pecado. Enseña Ef 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. 1Jn 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. II. El camino nuevo y vivo. He 10:20 por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne. Jesús es el Camino vivo a la presencia de Dios, lugar santísimo (He 4:16). Enseña 1Pe 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; III. Un gran sacerdote. He 10:21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios. Es tener un Sumo sacerdote sobre la casa de Dios, es decir, el cielo. (He 2:17; 4:14-15; 6:19-20; 7:25-27; 8:1-2; 9:11-14). He 4:14-15 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. LO QUE DEBEMOS HACER NOSOTROS (He 10:22-25) IV. Acerquémonos a Dios en santidad. He 10:22 Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Es andar en santidad para poder estar continuamente en la presencia de Dios, el mismo trono de la gracia de Dios como ensena Ro 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. V. Mantengámonos firmes. He 10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Debemos perseverar fieles a Dios hasta el final como enseña 1Co 15:58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. VI. Considerémonos unos a otros. He 10:24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. Día a día considerémonos, prestar atención, cuidando los unos a otros para animarnos al amor y a las buenas obras. 1Ts 3:12-13 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensible