El carácter de Jesucristo - 1Juan 2:6
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

Kategorier:
234 - 1Jn 2:6 - El carácter de Jesucristo. El que dice que permanece en Él [Cristo], debe andar como él anduvo. ¿Qué clase de hombre era nuestro Señor? ¿Cuáles fueron algunas de sus características? Ser semejante a Cristo significa la transformación de nuestro carácter, no de nuestra personalidad. Dios quiere que desarrollemos la clase de carácter que: (1) Jesús describe en las bienaventuranzas (Mateo 5), (2) cuando el apóstol Pablo se refiere al fruto del Espíritu Santo (Gá 5:22-23), (3) en el gran capítulo del amor (1Co 13), (4) y la lista del apóstol Pedro de las características de una vida provechosa y productiva (2Pe 1:5-8). No se puede ser cristiano sin conocer a Cristo, pues justamente la fe del cristiano se basa en el conocimiento de la Persona de Cristo, de ahí la importancia de conocer el carácter de Cristo. Esto lo lograremos conociendo sus hábitos, sus acciones diarias, lo cual es parte importante del carácter. ¿Qué había en su mente?, ¿Cuál era la fuente de sus pensamientos?, de ello dependieron sus acciones o hábitos de cada día. El apostol Pablo testifica en Gá 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. 1. Su celo (Jn 2:17). Ejemplo en su celo: (a) Al sujetarse y permanecer en Nazaret desde niño (Lc 2:49). (b) Convertirse en el primer predicador de la comunidad (Lc 4:42-44; 8:1). (c) Hizo qie sus amigos dijeran “está fuera de sí“ (Mr 3:21). (d) Arriesgar la vida para purificar el templo (Jn 2:15-17). (e) No lo dejó descansar hasta que hubo cumplido su misión en la cruz declarando en Jn 19:30 Consumado es. 2. Su compasión (He 5:2). Por las multitudes sin pastor en Mt 9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Para con las multitudes enfermas (Mt 14:14). Por las multitudes con hambre (Mt 15:32). Por una viuda (Lc 7:13). Por un leproso (Mr 1:41). Por un padre de familia (Mr 9:22-23). Por un endemoniado (Mr 5:19). 3. Su mansedumbre y bondad (2Co 10:1; 1Pe 2:21). Al tratar nuestras debilidades (Mt 12:18-21). Al lavar los pies de los discípulos (Jn 13:4-5). En sus propias palabras (Mt 11:28-30). En sus sufrimientos y muerte profetizado por Is 53:7 Angustiado Él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 4. Su valentia. 1) Demostrada en la proclamación en su ciudad natal (Lc 4:16-30), cuando afirmó que Is 61:1-2 se había cumplido en Él, “Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” (Lc 4:21) 2) Manifestada en sus dos purificaciones del templo (Jn 2:13-17; Mt 21:12-16). La primera se llevó a cabo al comienzo de su ministerio y la segunda durante la semana final. Las dos exigieron gran valor personal. 3) Al liberar un endemoniado (Mr 5:1-9). Ningún cobarde hubiera osado enfrentar (como lo hizo nuestro Señor) a este lunático violento que sin duda poseía fuerza sobrehumana y satánica. 4) Mostrada en que arriesgó su vida para levantar a Lázaro de los muertos (Jn 11:7-8, 16,53). Ya que un viaje a Betania en ese momento invitaría a los judíos enfurecidos a tratar de apedrearlo nuevamente. 5) Dada a conocer en su denuncia de los malvados fariseos (Mt 23). Nunca en la historia escrita se reprendió y confrontó tan completa y severamente a un grupo de religiosos como lo hizo Jesucristo con los malvados y falsos fariseos, llamándolos serpientes, víboras, y ocho veces hipocritas en Mateo 23. 6) Hecha evidente al anunciar su muerte en la cruz y resurrección (Mr 10:32-34; Lc 9:51). 5. Su amor (Jn 15:13). Como segunda persona de la Trinidad, Cristo ama aquello que su Padre ama. Sin embargo, cuando estaba en el mundo, amó especialmente a: Su Padre (Jn 14:31; 15:10). Sus discípulos (Jn 13:34; 17:2,9,12; 19:25-27). Niños pequeños