El creyente y el cielo - Salmos 11:4
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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262 – Sal 11:4 - El creyente y el cielo. Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. La Biblia enseña la existencia de dos destinos eternos para ángeles y humanos: el cielo y el infierno. La palabra cielo en el AT (shamayim) quiere decir “alto, elevado”, mientras el término griego del NT ouranos simplemente quiere decir “cielo”, y probablemente venga de una raíz que significa “cubrir” o “rodear”. En palabras simples, quiere decir “lo que está arriba”. La palabra cielo se usa de varias formas en la Biblia. 1. El cielo atmosférico. Se usa para describir la troposfera: el espacio que rodea la tierra hasta una altura de aproximadamente diez kilómetros. De allí recibe la tierra rocío (Dt 33:13), escarcha (Job 38:29), lluvia y nieve (Is 55:10), viento (Job 26:13) y los truenos (1Sa 2:10). Las nubes están en el cielo atmosférico (Sal 147:8) y los pájaros vuelan en él (Gn 1:20). Puesto que tales cosas necesarias para la vida (rocío, lluvia, nieve, viento) vienen del “cielo”, recuerdan que son un regalo de la gracia divina como enseña Mt 5:45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 2. El cielo sideral. Se usa para describir al reino sideral: El sol, la luna, las estrellas y los planetas. Dios creó el universo según Gn 1:1-4 y el Sal 33:6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. 3. El cielo, lugar donde Dios habita. Probablemente a esto se refería Pablo con “tercer cielo” (2Co 12:2). Dios llevó a Juan al cielo (Ap 4:1-10). Este cielo es un lugar específico donde habita Dios, como indica el saludo de Jesús en su modelo de oración: “Padre nuestro que estás en los cielos” (Mt 6:9). Dios tiene su trono en el cielo (Sal 2:4; Is 66:1); juzga desde el cielo (Gn 19:24; Jos 10:11) y sus bendiciones también provienen de allá (Éx 16:4). Dios observa a su pueblo desde el cielo (Dt 26:15), oye sus oraciones (Sal 20:6) y desde allá desciende (Sal 144:5). En el cielo también se establece su plan soberano (Sal 119:89). En el cielo está el trono de Dios según Is 66:1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Enseña Is 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. 4. El cielo, el paraíso. Al cielo también se le llama paraíso según la experiencia del apostol Pablo en 2Co 12:2, 4 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo... al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. Se describe como un jardín que revela la belleza del huerto del Edén. Ezequiel e Isaías visualizan el día futuro en que la tierra se restaurará a la perfección del huerto del Edén, donde no había pecado según Ez 36:35 e Is 51:3 Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. El paraíso es el cielo intermedio mientras el alma del creyente espera recibir un cuerpo glorificado como con el que resucitó Cristo, para vivir por la eternidad con Dios. Jesucristo prometió al ladrón arrepentido en la cruz: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:43). Enseña Fil 3.20-21 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya,