El Dios santo - Isaías 6:3

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

054 - Isaías 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.   Dios le dio una visión de su santidad majestuosa a Isaías, en preparación de su llamado para ser profeta, que lo dejó angustiado con respecto a su pecado.   Is 6:1a En el año que murió el rey Uzías. El rey Uzías tras cincuenta y dos años en el trono haciendo lo recto delante de Dios, se enorgulleció y quiso tomar el lugar del sacerdote. Dios lo castigó con la lepra que ocasionó su muerte. Fue uno de los mejores reyes de Israel y mantuvo el nivel espiritual de la nación (2Cr 26:16-23). Pr 16:18 Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Is 6:1b vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. En el año que muere el rey Uzías, Isaías tiene una visión de Dios en su templo, sentado sobre un trono que estaba elevado en las alturas celestiales y esto confirma que se trata del Dios Altísimo, parecida a la visión que tuvo el apóstol Juan en Ap 4:1-11.   Is 6:2 Por encima de Él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Los serafines, son criaturas angelicales creadas para la adoración de Dios que se asemejan a los cuatro seres vivientes de Ap 4:6, y a los querubines de Ez 1-10. Seis alas. Dos alas cubrían el rostro de los serafines porque ellos no se atrevían a mirar la gloria de Dios de forma directa. Dos cubrían sus pies para reconocer su inferioridad, y el lugar santo como dijo Dios a Moisés en Éxodo 3:5. Con las otras dos volaban mientras servían al que estaba sentado en el trono. De esta forma, cuatro alas se relacionaban con la adoración y resaltan la prioridad de la alabanza.   Is 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Santo, santo, santo (Ap 4:8). Dios es exaltado por su santidad en esta expresión triple porque es la suma de todo lo que Él es, su atributo más sobresaliente, la máxima expresión de su carácter. Hace énfasis en la separación e independencia de Dios frente a su creación caída. Implica también en sentido secundario la trinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Más adelante el profeta Isaías resaltaría la santidad de Dios en Is 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.   Is 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Labios inmundos. Significa que si los labios no están limpios, el corazón también está sucio. Esta visión de la santidad de Dios recordó al profeta su pecado y que merecía el juicio divino. Job en Job 42:6 y Pedro en Lc 5:8 se dieron cuenta de esto mismo al verse confrontados con la presencia santa del Señor. Igual sucedió al profeta Ezequiel en Ez 1:27-28, y al apóstol Juan en Ap 1:17. En el capitulo anterior Isaías había denunciado el pecado del pueblo con cinco Ay en Is 5:11,18, 20, 21, 22, pero él no había reconocido su pecado.   En Is 6:7 es perdonado el pecado de Isaías, purificado espiritualmente, no para salvación sino para ser comisionado como profeta. En Is 6:8  Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Nosotros. Este pronombre plural hace referencia a la doctrina de la Trinidad como en Gn 1:26. Heme aquí, envíame a mí. Luego de ser purificado Isaías acepta con humildad y compromiso el llamado al servicio en la obra de Dios. El Señor dice en el Sal 101:6 Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el