El Hogar de las prioridades - Lucas 10:41

133 – Lc 10:41 - El Hogar de las  Prioridades. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.   En el hogar de Marta, María y Lázaro nos conseguimos con miembros de la familia que son diferentes. Piensan desigual, sienten diferente, tienen una perspectiva de la vida distinta, pero el hecho que el otro sea diferente no hace que Dios los descalifique. También, observamos que las diferencias de personalidad, les puede llevar a tomar decisiones que no les permite seguir y mantener sus prioridades de acuerdo a las que establece Dios en su Palabra. Enseña Dios en Pr 2:1,4-5 Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.   1. Diferencias entre las personas del hogar (Lc 10:38-40) Aconteció que yendo de camino [Jesús], entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. ¡Qué diferentes eran Marta y María! Marta era dinámica, le gustaba el trabajo, servir a los huéspedes, invitados quería aprovechar al máximo el tiempo llevando a cabo todas las tareas que le fuera posible. Además, Marta era una persona: (1) Hospitalaria y generosa: poseía una casa grande para hospedar y servir a Jesús y sus discípulos. (2) Valiente: se atrevió a recibir en su casa a Jesús el cual era perseguido por los religiosos de esa época. (3) Amorosa que se preocupaba por otros. Cuidaba de su hermana María y de su hermano Lázaro según Jn 11:1. (4) A Marta le gustaba hablar franco y directamente en Lc 10:40b ¿No te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? En cambio María era tranquila, sus oídos estaban dispuestos para escuchar la palabra de Dios. María también era de buen carácter: (1) Era amorosa y humilde. Se sentó a los pies de Jesús. (2) Estaba espiritualmente hambrienta de la Palabra de Dios: “ella oía su palabra” según Lc 10:39b. Necesitamos aprender a apreciar y respetar las desigualdades en el hogar, no sólo entre esposo y esposa, sino también entre los hijos. Debemos también evitar que los afanes de esta vida nos aparte del camino de Dios como enseña Mt 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. El deseo de Dios está en Jer 9:23-24 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.   2. Tomando la prioridad correcta (Lc 10:41-42) Marta amaba a Jesús igual que María, pero dio prioridad y se afanó por los quehaceres y el servicio, en lugar de escuchar la Palabra de Dios según Lc 10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres. Jesús exhortó, a Marta,  con mansedumbre en Lc 10:41-42 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. María tomó la prioridad correcta: buscó a Jesús y se sentó a sus  pies a oír su Palabra, y no permitió que los afanes de esta vida distrajeran su comunión con Dios. Como padres debemos ser cuidadosos con las prioridades que tomemos y los afanes de la vida. Enseña el Sal 127:1-2 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado d