El misterio de la iniquidad. 2Tesalonicenses 2:7-8.

317 – 2Ts 2:7-8  - EL misterio de la iniquidad. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.   Los tesalonicenses habían olvidado lo que Pablo les dijo cuando estaba con ellos, que el día del Señor no vendrá sin que antes venga la apostasía (2Ts 2:1-3). De todos los precursores del día del Señor (Jl 2:31; 3:14; Sof 1:14; Mal 4:5), Pablo escogió la apostasía. Por supuesto, no estaba determinando una fecha para el arrebatamiento (1Ts 4:13-18); no dijo que vivirían para experimentar la apostasía y la manifestación del hombre de pecado. La idea de Pablo era tan solo que la apostasía sería antes del día del Señor; y como no había ocurrido todavía, el día del Señor no podía haber llegado. 1. Definición de apóstasía. La apostasía es abandonar y rechazar  de manera deliberada la fe. Desertar, traicionar, apartarse, alejarse de Jesús, de la palabra de Dios, de la fe de manera voluntaria y  consciente.  Por lo tanto, la apostasía se da por creyentes que abandonan la fe en Jesucristo.  Antes de la segunda venida del Señor la apostasía será un hecho blasfemo de magnitud sin precedentes. 2. EL hombre de pecado, el anticristo (2Ts 2:3). El apóstol identificó la apostasía mencionando el personaje clave ligado a esta: el hombre de pecado, el anticristo identificado como la bestia en Ap 13:1-10. Entender quién es este personaje clave es prerrequisito para identificar la apostasía. De pecado (Anomia) significa literalmente “sin ley” (1Jn 3:4). Esa persona será un consumado fuera de la ley; un pecador blasfemo que vivirá en desafío constante a la ley de Dios. Su influencia será la mayor entre todos los miles de millones de pecadores sin ley, malos e impíos, de la historia humana. Incluso en los últimos tiempos, “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mt 24:12), este líder estimulado por Satanás se erigirá como alguien cuyo liderazgo malvado, depravado y sin ley, se extenderá por todo el mundo con una influencia jamás vista. 3. El misterio de la iniquidad. Aunque el anticristo puede ser detenido, el mal no se detendrá; de hecho, ya está en acción el misterio de la iniquidad (2Ts 2:7). Misterio (Mustērion) describe algo “que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos” (Ro 16:25) y no puede conocerse a menos que Dios lo revele. El carácter verdadero de la iniquidad ya está en obra (1Jn 3:4); y “ahora han surgido muchos anticristos” (1Jn 2:18; 4:3). El mal, las mentiras, la hipocresía, la inmoralidad, y la falsa religión impregnan el mundo y se hacen cada vez peores, de modo que cada generación es más perversa que la anterior (2Ti 3:1-5, 13), pero la manifestación final del pecado aún está por venir. 4. Quién lo detiene. 2Ts 2:7b sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que Él a su vez sea quitado de en medio. Cuando se quite la contención y el anticristo aparezca, el carácter verdadero del mal se manifestará. El Espíritu Santo es quien lo detiene. El Espíritu Santo  siempre ha luchado contra la maldad en el mundo. Cuando Dios se dirigió a la generación impía antes del diluvio, declaró: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre” (Gn 6:3). Esteban lanzó esta punzante reprensión a los líderes de Israel: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros” (Hch 7:51). El Espíritu Santo también se opone al mal convenciendo “al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Jn 16:8). 5. Manifestación del anticristo. 2Ts 2:7c-8 hasta que Él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida. La frase quitado de en medio no debe interpretarse en el sentido