El poder de la iglesia Lucas 24:49
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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157 – Lc 24:49 – El poder de la iglesia. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. La iglesia fundada y edificada por Jesucristo según Mt 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca [Cristo] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Llamada también el cuerpo de Cristo, tiene como guía, cabeza a Jesucristo que la llena de dones y bendiciones como enseña Ef 1:22-23 y sometió todas las cosas bajo sus pies [Jesucristo], y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. En Ef 4:15; 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador. Jesucristo dio autoridad a los discípulos y a la iglesia con el poder que Él tuvo en su ministerio terrenal para predicar la palabra de Dios, sanar enfermos y echar fuera demonios según Mt 10:1 Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Mt 10:7-8 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Cuál fue el poder que tuvo Cristo? 1. Yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros (Lc 24:49a). Jesucristo después de la resurrección y antes de la ascensión a la diestra del Padre prometió a los discípulos otorgarles, investirlos de poder con la promesa de mi Padre. Cuál es esta promesa? La promesa de Dios fue hecha estableciendo un nuevo pacto con Israel en Jer 31:33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Luego el profeta Ezequiel lo repite en Ez 36:26-27 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. El nuevo pacto dio continuidad a la promesa hecha a Abraham incluyendo a los gentiles según Gn 12:1-3, 15:18; 17:1-7. Pablo lo enseña en Gá 3:6-18, en Gá 3:14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. La promesa del Padre fue morar, vivir, habitar con su Espíritu, el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo en el corazón del creyente. Jesucristo lo afirma en Jn 14:16-17 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Esta promesa fue explicada por Pedro en Pentecostés, profetizada por Joel 2:28, y recibida por Jesucristo para darla a la iglesia en Hch 2:33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 2. Pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto (Lc 24:49). Jesucristo ya había dado el Espíritu Santo de la promesa a los discípulos después de su resurrección en Jn 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. Entonces, cuál era ese poder a recibir, ser investidos? Jesucristo enseña a los discípulos antes de ascender a la diestra del Padre en Hch 1:5,8 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días... pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén