El Rey compasivo. Mateo 1:1-17

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

322 - Mt 1:1, 16-17 - El Rey compasivo Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.   Uno de los principales propósitos de Mateo en su evangelio, y el objetivo principal de los capítulos 1 y 2, es establecer el derecho de Jesús a la realeza de Israel. Para los judíos que conocían y creían en sus propias Escrituras, estos dos capítulos reivindican la afirmación de Jesús delante de Pilato: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo” (Jn 18:37). De acuerdo con ese propósito de revelar que Jesús es el Cristo (Mesías) y el Rey de los judíos, Mateo inicia su evangelio mostrando que Jesús desciende de la línea real de Israel. Para que Él deba ser anunciado y proclamado rey es necesario que haya prueba de que viene de la familia real reconocida. La genealogía de Mateo presenta una línea descendente, desde Abraham a través de David y de José, hasta Jesús, llamado el Cristo. La genealogía de Lucas presenta una línea ascendente, empezando desde Jesús y remontándose a través de David, Abraham e incluso hasta “Adán, hijo de Dios” (Lc 3:23-38). El registro de Lucas sigue desde el lado de María, en que es probable que el Elí de Lucas 3:23 sea el suegro (al que a menudo se refería como un padre) de José y, por tanto, el padre natural de María. La gracia de este Rey compasivo, Jesucristo y del Dios que lo envió puede verse en la genealogía de Mt 1:1-17. 1. La línea real de Jesús. La línea real del Mesías comenzó con el rey David. Dios prometió a través del profeta Natán que sería a través de los descendientes de David que traería al gran Rey que en última instancia reinaría sobre Israel y establecería su reino eterno (2Sa 7:12-16). Promesa conocida como el pacto davídico. Dios prometió a David “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente (2Sa 7:16). Tal promesa no se cumplió en Salomón, el hijo de David que lo sucedió, ni en ningún otro rey que gobernó en Israel o Judá; y el pueblo esperaba que naciera otro de la línea de David para que se cumpliera la profecía. En la época en que Jesús nació, los judíos aún esperaban la llegada del monarca prometido y la gloria restaurada del reino profetizado en Is 9:6-7 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. 2. La gracia de Dios se ve en la inclusión de cuatro marginadas sociales. Mt 1:3-6  Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. La genealogía de Mateo también nos muestra la obra de la gracia de Dios al elegir a cuatro mujeres que fueron consideradas marginadas (las únicas enumeradas hasta la mención de María), a través de las cuales el Mesías y gran Rey iba a descender. Tamar, Rahab, Rut y Betsabe son ejemplos excepcionales de la gracia de Dios, y por eso se incluyen en la genealogía que aparte de ellas solo participan hombres. 3. la gracia de Dios se ve en la elección de una mujer. Mt 1:16 y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. Dios mostró su gracia a María al elegirla para que fuera la madre de Jesús. Aunque descendía de la línea real de David,