El Sermón del Monte - Bienaventuranza 2 - Mateo 5:4
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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121 – Mt 5:4 - El Sermón del Monte – Bienaventuranza 2. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Las ocho bienaventuranzas enseñan sobre las cualidades de la conducta cristiana. Las cuatro primeras enseñan sobre la relación del cristiano con Dios y las cuatro últimas sobre la relación del cristiano con el prójimo. Hay cuatro maneras de entender las bienaventuranzas. (1) Son un código o norma de ética de las cualidades del carácter o conducta para todos los creyentes. (2) Contrastan los valores del Reino (lo que es eterno) con los valores mundanos (lo que es temporal). (3) Difiere de la "fe" superficial de los fariseos con la fe verdadera que Cristo quiere. (4) Muestran que las expectativas del Antiguo Testamento se verían cumplidas en el Reino nuevo. Las Bienaventuranzas son paradójicas, porque lo que prometen con relación a lo que exigen parece incongruente y al revés a los ojos del hombre natural. La paradoja de la segunda bienaventuranza es obvia. ¿Qué podría ser más contradictorio en sí que la idea de que los tristes son felices, de que el sendero a la felicidad es la tristeza, de que la manera de alegrarse está en llorar? Enseña Stg 4:8-10 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará. 1. El significado de llorar. Cristo no se refiere aquí a la aflicción que produce la pérdida de un ser querido o de algo muy preciado sino la aflicción, la tristeza según Dios que produce el arrepentimiento para salvación para estar en comunión con Dios. El apóstol Pablo lo enseña en 2Co 7:10-11 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros!. La primera Bienaventuranza nos lleva a la segunda. La pobreza espiritual lleva a la tristeza según Dios; los pobres en espíritu se convierten en los que lloran. ¿Qué implica el verdadero dolor por el pecado? ¿Cómo podemos llegar a ser dolientes según Dios? Jesucristo enseña en Lc 6:25 ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. Es la bienaventuranza recíproca de Mateo 5:4. Jesús puso exactamente al revés los principios del mundo. Invirtió la senda hacia la felicidad. El amor al pecado es el principal obstáculo para llorar. Aferrarse al pecado inmoviliza y petrifica un corazón. La desesperación obstaculiza el llanto porque significa renunciar a Dios y negarse a creer que Él puede salvar y ayudar. La arrogancia trata de ocultar el pecado mismo y elige creer que no hay nada por lo cual llorar. La vanagloria obstaculiza el llanto porque realmente es una forma de orgullo. David enseña con su arrepentimiento, después de su gran pecado que involucró a Betsabé y Urías, en el Sal 51:3-4 Yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos. Job llegó a la experiencia de la tristeza según Dios, de arrepentimiento y lamento por el pecado y confesó en Job 42:5-6 De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza. En Esdras 10:1 Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente. 2. El resultado de llorar (Mt 5:4b) El resultado del llanto según Dios es el consuelo: ellos recibirán consolación. Por eso son bienaventurados. No es el llanto lo que bendice sino el consuelo que Dios ofrece a quienes lloran de manera piadosa. Consolación viene de parakaleō, la misma palabra que traduce Consolador parakleto en Juan 14:16