El Sermón del Monte - Bienaventuranza 7 - Mateo 5:9
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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126 – Mt 5:9 – El Sermón del Monte - Bienaventuranza 7. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. La séptima bienaventuranza habla de la paz de Dios. Esta paz de la cual el resto de la Biblia también habla, es diferente de la que el mundo conoce y de aquello por lo que lucha. La paz de Dios no tiene nada que ver con política, ejércitos, foros de naciones, o incluso consejos de iglesias. No se trata de una paz que la produzcan reyes, presidentes, primeros ministros, diplomáticos o humanitarios internacionales. Es la paz personal interior que solo Dios puede conceder al alma del ser humano, por lo cual solo sus hijos pueden poseer, y dar testimonio de ella siendo pacificadores. Testifica el salmista en el Sal 119:165 Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. 1. El significado de paz. El camino de Dios hacia la paz es a través de la pureza como enseña Stg 3:17a Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica. El escritor de Hebreos vincula paz con pureza cuando instruye a los creyentes en He 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. La paz no puede separarse de la santidad ni de la justicia como enseña el Sal 85:10 La justicia y la paz se besaron, en Is 32:17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre, y en Stg 3:18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. Bíblicamente significa que cuando hay verdadera paz hay justicia, santidad y pureza. 2. El hacedor de la paz: Dios. Dios es la fuente de paz. El Antiguo y el Nuevo Testamentos contienen muchas referencias de Dios confirmando que es el Dios de paz. Dios es llamado Jehová Shalom, Dios de Paz en Jue 6:24, Príncipe de Paz en Is 9:6, el Dios de Paz en Ro 15:33; Fil 4:9, y Señor de Paz en 2Ts 3:16. Otras citas en Lv 26:6; 1Re 2:33; Sal 29:11; Ez 34:25; Jn 16:33; 1Co 14:33; Ef 2:13-14; Fil 4:7. 3. Los pacificadores: Los creyentes. Los mensajeros de paz son creyentes en Jesucristo. Solo ellos pueden ser pacificadores. Solo quienes pertenecen al Hacedor de paz pueden ser mensajeros de paz. Solo el que tiene la paz de Dios puede ser pacificador. Pablo nos dice en 1Co 7:15 que a paz nos llamó Dios, y en 2Co 5:18 todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. El ministerio de la reconciliación es el ministerio de la pacificación. Aquellos a quienes Dios ha llamado a paz también los ha llamado a hacer la paz como enseña 2Co 5:19-20 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros. Un pacificador se identifica porque: (1) En obediencia a la fe tiene al Dios de paz en su corazón (Fil 4:9). (2) Promueve la paz al predicar el evangelio de la paz de Cristo, y lleva a otros tener paz con Dios (Hch 10:36; Ro 5:1). (3) Ayuda a otros a estar en paz con su prójimo (Mt 5:44-45; Ro 12:18). (4) Se esfuerza por encontrar un punto de acuerdo con los demás. Enseña Dios en Pr 16:7 Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él. 4. La recompensa del pacificador. El mérito o resultado de la pacificación es la bendición eterna como herederos de Dios en el reino celestial. Los pacificadores serán llamados hijos de Dios. La pacificación es un sello distintivo de los hijos de Dios. Exhorta Ef 5:8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Una persona que no es pacificador, o no es cristiano o es un cristiano desobediente. Quien continuamente es perturbador, divisivo y pendenciero da buena razón para dudar por completo de su relación con Dios.