Haciendo amigos verdaderos. Proverbios 13:20
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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340 – Pr 13:20 - Haciendo amigos verdaderos El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado. ¿Por qué tenemos una profunda necesidad de tener amigos? La razón es que fuimos hechos con una necesidad de amistad y compañerismo. En cuanto al hombre que había creado, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2:18a). Somos seres sociables y necesitamos la compañía y el ánimo que nos proporcionan los amigos. El sentirse solo y rechazado puede hacer la vida casi insoportable. Enseña el Sal 119:63 Compañero soy yo de todos los que te temen Y guardan tus mandamientos. 1. La influencia de los amigos. No todas las amistades son iguales. En cuanto a nuestras relaciones con los demás, debemos comprender que hay diferentes niveles. Hay amistad con: 1. Conocidos 2. Amigos ocasionales 3. Amigos cercanos 4. Amigos íntimos. Los conocidos y amigos ocasionales no tienen mucha influencia sobre nosotros, pero sí, somos influenciados por aquellos que escogemos como amigos cercanos y amigos íntimos. Esto nos lleva a un importante principio con relación a la amistad: Llegamos a parecernos a quienes escogemos como amigos como enseña Pr 13:20 El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado. 2. Algunas amistades se deben evitar. Al ver la necesidad del compañerismo, podríamos pensar que necesitamos todos los amigos que podamos tener. Pero no es cierto. Es mejor no tener amigos que tener amigos malos. La Biblia nos dice claramente que debemos evitar ciertas amistades: (1) Evitar la amistad con incrédulos. “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1Co 15:33; 2Co 6:14). (2) Evitar amistad con burladores y “necios” (Sal 1:1). (3) Debemos evitar la amistad íntima con aquellos que tienen ciertos defectos de carácter como: El chismoso, el criticón y descontento, el de mal genio y el inmoral (Pr 1:10; 10:19; 22:24-25; 7:1-27). Enseña Pr 10:19 En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. 3. Las amistades que necesitamos. Hemos visto cómo los amigos pueden influenciar en nosotros para mal. También es verdad que los buenos amigos pueden influir para bien. Pero, ¿cómo conseguir amigos buenos? Consideremos ahora las cualidades que queremos y necesitamos en un verdadero amigo: Necesitamos amigos que amen a Dios: “Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos” (Sal 119:63). Necesitamos amigos que nos amen y acepten como somos: Cuando tenemos un amigo que nos ama y nos acepta como somos, nos sentimos libres para disfrutar de esa amistad. Para tener esa clase de amigo, yo también debo serlo (Fil 2:3-4). Necesitamos amigos que compartan nuestros problemas: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gá 6:2). Necesitamos amigos que sean leales: Una señal de un verdadero amigo es que está allí cuando lo necesitas. Puedes contar con él. ¿Eres tú esa clase de persona? “En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia” (Pr 17:17). Necesitamos amigos que sean confiables: Una amistad sólida se basa en la mutua honradez y confianza. Si quiero un amigo en quien puedo confiar, yo debo ser confiable. “Fieles son la heridas del que ama” (Pr 27:6a). Necesitamos amigos que sean sinceros y francos: Un verdadero amigo es alguien que me quiere y es franco conmigo, alguien a quien yo le importo tanto como para corregirme. ”Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (Pr 27:17). Necesitamos amigos que sean considerados: La atención o consideración es una cualidad que apreciamos en otras personas. En igual forma podemos estar seguros que los demás aprecian esa cualidad en nosotros. ¿Soy yo considerado con los demás? “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano” (Pr 18:24). Llegamos a parecernos a aquellos a quienes escogemos como amigos.