Joás, el rey que empezó bien y terminó mal - 2Cr 24:1-2

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

093 – 2Cr 24:1-2 – Joás, el rey que inició bien y terminó mal. De siete años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote.   Joás es el único sobreviviente de los hijos del rey Ocozías. Cuando Atalía madre de Ocozias mandó a exterminar toda la descendencia real de la casa de Judá, Joás fue escondido por la esposa del sacerdote Joiada según 2Cr 22:10-12. Joás conocido como el rey que empezó bien y termino mal debido a que cuando estuvo bajo la tutela de Joiada el sacerdote durante los primeros años, se mantuvo fiel al Señor todo ese tiempo, pero luego de la muerte de su tutor se apartó de Dios.   1. Joás empezó haciendo lo recto delante de Dios (2Cr 24:2) E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote. Joás inicio haciendo lo recto, bueno, justo ante los ojos de Dios. Joás conocía lo que enseña Dt 6:18-19 Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres; para que él arroje a tus enemigos de delante de ti, como Jehová ha dicho. Enseña Pr 11:10-11 En el bien de los justos la ciudad se alegra; Mas cuando los impíos perecen hay fiesta. Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; Mas por la boca de los impíos será trastornada. 2. Joás restituyó la casa de Dios (2Cr 24:6-14) Joás decidió restaurar el templo que había quedado deteriorado durante los días de apostasía del gobierno de Atalía. Para lograrlo, requirió que se recolectaran fondos, así que ordenó que cobraran los impuestos del templo estipulados en la ley de Moisés según Éx 30:12-16. En 2Cr 24:8-9 Joás proclamó que todo el pueblo de su reino debía traer sus tributos al templo y ponerlos en un arca preparada especialmente para la ocasión, la cual se encontraba cerca de la puerta del santuario. La respuesta fue tan generosa, que el arca se llenó y tuvieron que vaciarla varias veces según 2Cr 24:10-11. Fue restaurado el templo según 2Cr 24:13 Hacían, pues, los artesanos la obra, y por sus manos la obra fue restaurada, y restituyeron la casa de Dios a su antigua condición, y la consolidaron. Sobrando dinero para utensilios y muebles para el servicio en el templo. Enseña el Sal 84:10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad. 3. Joás se aparta de Dios (2Cr 24:15-18) En 2Cr 24:15 Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; de ciento treinta años era cuando murió. Joás se aparta de Dios con la muerte del sacerdote Joiada su tutor como enseña  2Cr 24:18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado. Dios tiene misericordia y se los advierte en 2Cr 24:19 Y les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon. Dios envía al hijo del sacerdote Joiada, el profeta Zacarías, para amonestarlos y como no les gustó el mensaje le quitaron la vida por orden de Joás en 2Cr 24:20-21 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará. Pero ellos hicieron conspiración contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová. Jesucristo hizo referencia a este evento en Mt 23:34-35, y profetiza juicio en Mt 24:37-38 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra c