La caída del Hombre - Génesis 3:4-5

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

247 – Gn 3:4-5  - La caída del Hombre. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.   Génesis 3 no describe el origen del pecado, sino la entrada de éste en el ámbito humano como enseña Ro 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Génesis 3 describe que Adán y Eva pecaron contra Dios. Este hecho es esencial a la hora de ver la analogía en Ro 5:12-21. Si Adán no fue una criatura real que trajo el pecado a la raza humana en algún punto de la historia, no hay razón para que Jesús redimiera la humanidad en otro momento de ella. No obstante, el mismo testimonio de Cristo confirma Génesis 3 como evento histórico real en Mt 19:4-5 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 1. La prueba. Dios probó la obediencia de Adán y Eva durante el tiempo que pasaron en el Huerto. Eran libres para comer el fruto de cualquier árbol, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal (Gn 2:16-17). La prueba era sencilla: determinar si le creerían a Dios y le obedecerían. Sin embargo, la desobediencia tenía graves consecuencias: significaba la muerte física y espiritual. El propósito de Dios era dar a Adán y Eva el conocimiento del pecado a través de la obediencia si no comían de aquel árbol. Adán y Eva conocieron el bien y el mal, pero obtuvieron tal conocimiento de la forma equivocada. Satanás sigue usando hasta hoy la misma estrategia como enseña 2Co 11:3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 2. La tentación. La tentación llegó al hombre y la mujer por medio de la serpiente (Gn 3:1). No obstante, ha de entenderse que la tentación proviene de Satanás; el diablo inspiró a Caín para matar a su hermano (Jn 8:44). Al diablo se le llama “serpiente antigua” (Ap 12:9; 20:2), y la alusión de Ro 16:20 indica que el juicio de Génesis 3:15 se refiere a Satanás, no tan sólo a la serpiente. La serpiente era astuta (Gn 3:1); por lo tanto, Satanás fue astuto para incitar al pecado. Su estrategia podría resumirse en tres fases. (1) Los haría dudar de la Palabra de Dios (Gn. 3:1). La tentación creó una sospecha sobre la bondad de Dios; les hizo preguntarse si Dios estaría obrando con sabiduría y justicia para con Adán Y Eva. Eva sucumbió a la tentación porque exageró la prohibición de Dios en su respuesta a Satanás (Gn 3:3). Dios no había dicho nada sobre tocar la fruta. (2) Satanás mintió cuando dijo que no morirían (Gn. 3:4). Negó categóricamente la declaración previa de Dios y dijo: “No moriréis”. (3) Satanás dijo una verdad a medias (Gn 3:5). Les dijo que, si comían el fruto, serían como Dios al conocer el bien y el mal, pero no les dijo el resto: no les habló del dolor, el sufrimiento y la muerte consecuencia de su pecado. La prueba era en tres áreas como enseña 1Jn 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 3. Los resultados del pecado. (1) El juicio sobre la serpiente (Gn 3:14). Dado que la serpiente se exaltó a sí misma, ahora se la obligaría a arrastrarse sobre su vientre y a comer el polvo de la tierra. (2) El juicio sobre Satanás (Gn 3:15). Debe entenderse que Génesis 3:15 no va dirigido a la serpiente sino a Satanás. Habría enemistad entre la semilla de Satanás (los incrédulos y los demonios) y la semilla de la mujer (Cristo y sus discipulos). “Ésta te herirá en la cabeza” indica que Cristo vencería a Satanás en la cruz (Col 2:14-15; He 2:14-15). Cristo tendría la victoria principal. “Tú le herirás en el calcañar”