La conversión (Fe y Arrepentimiento) - Hechos 3:19

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

259 - Hch 3:19  - Conversion (Fe y Arrepentimiento) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.   ¿Qué es el verdadero arrepentimiento? ¿Qué es la fe que salva? ¿Pueden las personas recibir a Jesús como Salvador y no como Señor? Podemos definir la conversión como sigue: La conversión es nuestra respuesta espontánea al llamado del evangelio, en la cual nos arrepentimos sinceramente de los pecados y ponemos nuestra confianza en Cristo para la salvación. La palabra conversión en sí misma significa “volverse”; y aquí representa un giro espiritual, un volverse del pecado a Cristo. El volverse del pecado se llama arrepentimiento, y el volverse a Cristo se llama fe. 1. La verdadera fe que salva incluye conocimiento, aprobación y confianza personal. El conocimiento solo no basta. La fe personal que salva, según enseñan las Escrituras, incluye más que solo conocimiento. Es necesario que tengamos algún conocimiento de quién es Cristo y lo que Él ha hecho, “porque ¿cómo podemos creer en aquel de quien no hemos oído?” (Ro 10:14). Las personas pueden conocer sobre los hechos de Jesucristo su muerte y resurrección, y no aceptarlos: “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.” (Ro 1:32). Incluso los demonios saben quién es Dios y saben los hechos de la vida y obras salvadoras de Jesús, porque Santiago dice: “¿Tú crees que hay un solo Dios?” ¡Magnífico! “También los demonios lo creen, y tiemblan” (Stg 2:19). 2.El conocimiento y la aprobación no bastan. Solo saber los hechos y aprobarlos o convenir en que son verdad no basta. Nicodemo sabía que Jesús había venido de Dios, porque leemos que le dijo: “Rabí, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él” (Jn 3:2). Pero esto por sí solo no significa que Nicodemo tenía la fe que salva, porque todavía le faltaba poner su confianza en Cristo en cuanto a la salvación; todavía tenía que “creer en Jesucristo” para nacer de nuevo. Enseña Jn 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 3.Tenemos que decidirnos a depender de Jesús para que nos salve individualmente. La definición de la fe que salva enfatiza la confianza personal en Cristo, no simplemente creer en los hechos acerca de Cristo. Al hacer esto, pasa de ser observadores interesados en los hechos de la salvación y en las enseñanzas de la Biblia a ser personas que entran en una nueva relación con Jesucristo como persona viva. Podemos, por consiguiente, definir la fe que salva de la siguiente manera: La fe que salva es confiar en Jesucristo como persona viva en cuanto al perdón de pecados y la vida eterna con Dios. Enseña Jn 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. Debido a que la fe que salva según la Biblia incluye esta confianza personal, confiar es una palabra mejor en la cultura contemporánea que la palabra fe o creer. Esto se debe a que podemos “creer” que algo es verdad sin ningún compromiso ni dependencia de por medio. Tal como recibiríamos a un visitante en casa, Juan habla de recibir a Cristo: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn 1:12). Jesucristo define venir a Él como obediencia, confianza, compromiso, y creer en Él fe en Jn 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Enseña Jesucristo: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;