La gracia de Dios - Efesios 2:8-9

258 – Ef 2:8-9  - La gracia de Dios. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.   La gracia de Dios se manifiesta de maneras diferentes, en gracia común y gracia salvadora. Por supuesto, cuando hablamos de “gracia común” o “gracia salvadora”, no estamos implicando que hay dos diferentes clases de gracia en Dios mismo, sino sólo que la gracia de Dios se manifiesta en el mundo de dos maneras diferentes. A distinción de la gracia común, a la gracia de Dios que lleva a las personas a la salvación a menudo se le llama “gracia salvadora”. Enseña Ef 2:3-4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). 1. La gracia común de Dios. La gracia común es la gracia de Dios por la que él concede a las personas innumerables bendiciones que no son parte de la salvación. La palabra común aquí quiere decir algo que es común a toda persona y no está limitada solamente a los creyentes, llamados o elegidos. La gracia común es diferente de la gracia salvadora en sus resultados (no produce salvación), en los receptores (se la da por igual a creyentes y no creyentes), y en su fuente (no fluye directamente de la obra expiatoria de Cristo). Enseña Ro 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo [Adán] reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 2. Ejemplos de la gracia común de Dios. a) En el ámbito físico. Los incrédulos continúan viviendo en este mundo por la gracia común de Dios: Jesucristo  dijo: “Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos” (Mt 5:44-45). Aquí Jesús apela a la abundante gracia común de Dios como un estímulo para sus discípulos, para que ellos también otorguen a los incrédulos amor y oración por bendiciones (Lc 6:35-36). El apostol Pablo dijo a la gente de Listra: “En las edades pasadas Él [Dios] ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.” (Hch 14:16-17). b) En el ámbito intelectual. La gracia de Dios en el ámbito intelectual se ve en el hecho de que toda persona tiene un conocimiento de Dios: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias” (Ro 1:21). El apostol Pablo lo mencionó a los filosofos atenienses en Hch 17:22-23 Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. Enseña Jn 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. c) En el ámbito moral. Dios también por su gracia común refrena a las personas para que no sean todo lo malas que pueden ser ya que: “Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Ro 3:12). Aunque con ello no se ganan la aprobación eterna de Dios ni mérito alguno, los incrédulos “hacen el bien”, hacen buenas obras. Jesucristo explica esto cuando dice: “Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.” (Lc 6:33). Si las personas persisten con corazón endurecido en seguir tras el mal, Dios a la larga los “entregará, abandonará” a pecados cada vez mayores (Sal 81:12; Ro 1:24, 26, 28). Enseña Ro 2:14-15 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para