La gracia salvadora (I). 1Timoteo 1:12-17
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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308 - 1Ti 1:17 - La gracia salvadora (I). Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. El apóstol Pablo inicia este pasaje de 1Ti 1:12-17 con acción de gracias, para dar testimonio de la gracia salvadora de Dios al llamarlo a sus caminos, y finaliza con una doxología, himno de alabanza, para exaltar a Dios por los beneficios de su gracia. La Biblia menciona las conversiones del endemoniado gadareno, el despreciable recaudador de impuestos Mateo, el ciego Bartimeo y su amigo, de la adúltera samaritana, de Zaqueo, el centurión romano en la crucifixión, Cornelio, el etíope eunuco, el carcelero de Filipos y Lidia entre otros. Pero de todas las conversiones que se hayan registrado ninguna es más notable que la de Saulo de Tarso, Pablo. Este cruel enemigo de la causa de Cristo, con sus propias palabras el primero de los pecadores, llegó a ser el más grande evangelista y teólogo que jamás haya visto el mundo. Hch 9, 22, 26, Gá 1 y 2, Fil 3, y 1Ti 1 describen aspectos de su conversión. 1. La fuente de gracia. 1Ti 1:12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio. Pudiera definirse la gracia como favor inmerecido de Dios, perdonando al pecador o condenado, exonerandolo del juicio, y con la promesa de bendición temporal y eterna de forma gratuita, sin que haya méritos de su parte y sin tener como fundamento algo que hayan hecho o dejado de hacer. Pablo da las gracias a Cristo Jesús nuestro Señor porque Él es la fuente de esa gracia (1Ti 1:14). La Biblia afirma de forma reiterada que Jesucristo, junto con Dios el Padre, es la única fuente de toda gracia (Jn 1:17). El apóstol Pablo nos dice que fuimos “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Ro 3:24). Pablo expresa gratitud por cuatro aspectos de la gracia de Dios en su vida. (1) Por la gracia que escoge. Pablo estaba siempre consciente de que Dios lo había escogido, tanto para salvación como para el apostolado (Hch 22:14; 26:16). (2) Por la gracia que capacita. Mediante la gracia de Dios, Pablo fue fortalecido (2Co 9:8; Fil 4:13; 2Ti 4:17). (3) Por la gracia que confía. Dios lo tuvo por fiel o digno de confianza y fue la gracia quien hizo a Pablo serlo. Se describió a si mismo en 1Co 7:25 quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. (4) Por la gracia que emplea y que lo puso en el ministerio. Las palabras de Jesús en 2Co 12:9, “Bástate mi gracia”, se probaron una y otra vez en la vida de Pablo. 2. La necesidad de la gracia. 1Ti 1:13a habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador. Pablo tenia una gran necesidad de la gracia de Dios ya que era: (1) Un blasfemo es quien calumnia a Dios y abiertamente habla mal de Él. Al dar su testimonio ante el rey Agripa en Hch 26:11, Pablo narra cómo obligaba a los cristianos a blasfemar. Su ataque se dirigía al final no contra la iglesia, sino contra Jesucristo (Hch 9:4-5; 22:7-8; 26:14-15). (2) Pablo era un implacable y fiero perseguidor de la iglesia. (3) Un injuriador es una persona conducida por la violencia y el menosprecio por los demás para maltratarlos. Hechos 8:3 y 9:1 describen el caos que creó, entrando incluso en las casas para arrestar a los creyentes. No solo aprobó la muerte de Esteban, sino de muchos otros también (Hch 8:1; 26:10). 3. El poder de la gracia. 1Ti 1:13b mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Aunque la necesidad de gracia de Pablo era grande, el poder de la gracia fue aun mayor. Pablo era una prueba viviente de la verdad qué expresó en Ro 5:20 cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. A pesar de su pecaminoso pasado, se le recibió con misericordia. ¿Cómo podía un pecador tan vil como Pablo recibir misericordia? porque, escribe él, lo hice por ignorancia, en incredulidad. 4. La medida de la gracia. 1Ti 1:14