La gracia salvadora (V). 2Corintios 6:1
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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312 - 2Co 6:1 - La gracia salvadora (V). Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Durante su ministerio en la Tierra, el Señor Jesús se enfrentó a los extremos de ser adorado y despreciado. Ese rechazo llegó a su culminación con los gritos de la gente: “¡Fuera, fuera, crucifícale!” (Jn 19:15). En Mt 10:24, afirmando esto, nuestro Señor recuerda a sus seguidores que “el discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor”. En Jn 15:18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Por lo tanto, los creyentes como embajadores de Cristo están encargados de llevar la palabra de la reconciliación al mundo (2Co 5:19-20). Quienes oyen el mensaje de la gracia salvadora, el evangelio de Jesucristo, pueden prestarle atención y apreciar a los mensajeros o rechazar el mensaje y a quienes lo proclaman. Entonces, los mensajeros de Cristo son “grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida” (2Co 2:15-16). 1. Privilegio. 2Co 6:1 nosotros, como colaboradores suyos. El apóstol Pablo, a pesar de las pruebas que enfrentó, aun si nadie respondía a su mensaje, el privilegio de ser colaborador de Dios era suficiente para sostenerlo. Declaró: “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1Co 15:10). Debemos aprovechar el privilegio de proclamar la palabra de Dios y el Señor se encargará de hacerla crecer como enseña en la parábola de Mr 4:26-29 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado. 2. Suplica. 2Co 6:1b os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. La palabra exhortamos significa “suplicamos”, “rogamos”. Pablo estaba urgiendo a los corintios a no recibir en vano la gracia de Dios, a no darle la espalda a la oportunidad de gracia de oír el evangelio del perdón que tan fielmente él les había predicado. Había entregado su vida a los corintios durante su larga estadía en aquella ciudad durante 18 meses (Hch 18:11) suplicándoles que guardaran el evangelio y enseñando a los nuevos convertidos cómo crecer en gracia. Los falsos maestros estaban enseñando un falso evangelio y robando la vida eterna a los corintios y Pablo les escribió después: Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis (2Co 11:3-4). A Pablo le preocupaba, primero que todo, que los corintios no recibieran en vano la gracia en lo relacionado con la salvación. Algunos tenían conocimiento intelectual del evangelio, pero no fe salvadora. Por tal razón Pablo les desafió: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” (2 Co 13:5). 3. Hoy es día de salvación. 2Co 6:2 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. Dios ofrece salvación a toda persona. Mucha gente aplaza su decisión por Cristo, pensando que vendrán tiempos mejores, pero pueden perder la oportunidad para siempre. No hay tiempo como el presente para recibir el perdón de Dios.