La inspiración de la Biblia 2Timoteo 3:16-17
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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278 – 2Ti 3:16-17 - La inspiración de la Biblia. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. La inspiración es necesaria para preservar la revelación de Dios. Si Dios se ha revelado pero el registro de la revelación no es preciso, entonces esa revelación está sujeta a cuestionamientos. Por lo tanto, la inspiración garantiza la precisión de la revelación. La inspiración podría definirse como: La supervisión que hace el Espíritu Santo de los escritores, de modo que, mientras escribían de acuerdo con sus estilos y personalidades propios, el resultado fuera la Palabra de Dios escrita: autoritativa, confiable y libre de errores en los manuscritos originales. Afirma 2Pe 1:21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.Hay varios elementos importantes que forman parte de una definición apropiada de la inspiración: (1) el elemento divino: Dios el Espíritu Santo supervisó a los escritores y con ello aseguró la precisión del texto; (2) el elemento humano: los autores humanos escribieron de acuerdo con sus estilos y personalidades individuales; (3) el resultado de la autoría divina y humana es el registro sin errores de la verdad de Dios; (4) la inspiración se extiende a la selección de palabras de los escritores; (5) la inspiración está relacionada con los manuscritos originales. 1. Perspectiva de Cristo sobre la Biblia. Al determinar la naturaleza de la inspiración bíblica, nada podría ser más significativo que determinar la perspectiva de Cristo sobre las Escrituras. Al usar el Antiguo Testamento, Cristo le dio mérito a su inspiración. En Mt 5:17-18 Cristo afirmó que ni una jota ni una tilde pasarían de la ley hasta que toda se cumpliera. En Lc 24:44 Jesús les recordó a sus discípulos que se tenían que cumplir todas las cosas que sobre Él escribieron en la ley mosaica, los profetas y los Salmos. Cuando Jesús debatió con los judíos incrédulos sobre su derecho a ser llamado el Hijo de Dios, se refirió al Sal 82:6 y les recordó que “la Escritura no puede ser quebrantada” (Jn 10:35). Cuando Jesús se encontró con Satanás en el momento de la tentación, desechó sus argumentos refiriéndose a Deuteronomio. En Mt 4:4, 7, 10 Jesús respondió a Satanás citando Dt 8:3; 6:13 y 16, con lo cual indicaba que Satanás estaba equivocado y las palabras de Deuteronomio habían de cumplirse. En Mt 21:42 Jesús citó el Sal 118:22, donde se enseña que el Mesías sería rechazado. En Mt 12:18-21 Jesús citó Is 42:1-4, con lo cual mostró que su disposición apacible y amable, así como su inclusión de los gentiles, estaban predichas en los escritos proféticos. Al afirmar la resurrección, Jesús les recordó a los saduceos que Éx 3:6 decía “Yo soy”. Continuó: “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. Si las palabras del Antiguo Testamento no eran inspiradas, su argumento no servía; pero si lo eran, su argumento tenía gran peso. De hecho, el argumento de Jesús depende del tiempo presente de la declaración. Como en Éxodo 3:6 estaba escrito “Yo soy…”, la doctrina de la resurrección se podía afirmar; Dios es el Dios de los patriarcas vivos. Los fariseos creían que el Mesías sería un redentor político, más Jesús les mostró, citando el Sal 110:1, que David, el más grande rey de Israel, vio en el Mesías a alguien mayor que él, y lo llamó Señor. Todo el argumento de Cristo se apoya en la frase “mi Señor”. Sobre la inspiración del Nuevo Testamento enseña en Jn 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Jesús indicó que el Espíritu Santo les daría a los apóstoles un recuento preciso en tanto escribieran las palabras de las Escrituras, con lo cual se garantizaría su exactitud (Jn 16:12-15).