La naturaleza de Dios (2) 1Juan 4:8-9
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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219 – 1Jn 4:8-9 - La naturaleza de Dios - Parte II. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. Se considera un atributo o perfección divina a toda aquella propiedad, característica, perfección innata de Dios, a través de la cual Dios revela su carácter esencial, al ser humano. Continuemos revisando otros atributos, perfecciones de Dios que nos enseñan sobre su naturaleza y esencia. Dios es santo. La santidad de Dios nos dice que Él es exaltado sobre todas sus criaturas, es absolutamente distinto de ellas, es independiente de la creación. La idea de la santidad nos refiere a su excelencia moral, la infinita distancia entre Él y toda impureza, mentira, pecado o contaminación (Lv 11:44; Jos 24:19; 1Sa 2:2; Is 6:3; 57:15; Ap 4:8). El profeta Isaías enseña la santidad de Dios en Is 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Enseña en Is 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Dios es inmutable. La inmutabilidad es esa perfección de Dios por medio de la cual está desprovisto de todo cambio; no sólo en su Ser, sino en sus perfecciones, propósitos y promesas. Dios está libre de toda adición o disminución y de todo crecimiento o decaimiento en su Ser o perfecciones como enseñan Mal 3:6 Porque yo Jehová no cambio. Stg 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Dios es amor: Uno de los atributos que sobresalen de Dios es el amor, a tal punto que se declara en la Biblia que «Dios es amor» (1Jn 4:8; Jer 31:3). La mayor demostración de amor de Dios fue al enviar a su único Hijo a morir por nuestros pecados para darnos vida eterna. (Jn 3:16; Ro 5:8; 8:38-39; 2Co 8:9; Ef 2:4-9). El amor de Dios puede verse de distintas formas con su: Gracia: Es el amor inmerecido de Dios hacia el ser humano perdido. Misericordia: Es el amor de Dios hacia el que está sufriendo las consecuencias del pecado, también se le llama compasión (Sal 51:1; 86:15; 136:2; Ex 34:6). Longanimidad: Es la paciencia de Dios para soportar a los malos, aún a aquellos que le retan; El pospone el castigo dándole a los pecadores la oportunidad de arrepentirse (2Pe 3:3-9). Dios es verdad: La veracidad de Dios es aquella virtud por medio de la cual todas sus declaraciones son verdaderas. Él es veraz en su revelación, todo lo que dice de sí mismo es verdadero. La veracidad de Dios puede extenderse a su existencia real, ya que Él es el único Dios verdadero; los ídolos son sólo ficción y engaño. Otro aspecto de su veracidad es su fidelidad, porque cumple todas sus promesas (Jer 10:10; Jn 17:3; Ro 3:4; 1Ts 1:9; 1Pe 2:22; Ap 19:11). Ap 19:11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Dios es fiel. La fidelidad de Dios nos da la seguridad que siempre cumplirá su palabra. Dios es fiel a su palabra, es verdad, es fiable e inmutable, su palabra siempre se cumple. Su fidelidad nos sustenta, ayuda siempre y promete vida eterna. (Dt 7:9; Sal 33:4; 36:5; 89:8; Is 41:10,13; Lm 3:22-23; 2Co 1:20; Tito 1:2. 1Jn 2:25; He 10:23). Nm 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? La fidelidad de Jesucristo. Ap 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre. Dios es bondadoso. Dios es esencialmente bueno, no sólo hace el bien,