La oración perseverante - Lucas 11:9-10

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

148 – Lc 11:9-10 – La oración perseverante. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.   He aquí una de las promesas más grandes y completas del Señor para quienes le pertenecen, para los que son sus hijos y ciudadanos del reino de Dios. La oración debe ser un recurso primario, prioritario para la vida del cristiano. Jesucristo, siendo Dios, fue ejemplo de perseverar en la oración en la mañana antes de amanecer y al finalizar el día como enseña Mr 1:35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba, y en Mr 6:46 Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar. Jesús además de ser ejemplo en perseverar en la oración enseñó a los discípulos a orar en Lc 11:1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Jesús enseñó y dejo a sus seguidores un modelo de oración en Mateo 6:9-13 y en Lucas 11:2-13. Exhorta Ef 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y 1Ts 5:17 Orad sin cesar.   1. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Lc 11:9-10). Los tres verbos, pedid, buscad y llamad indican actividad cada vez más intensa, y cada uno conlleva promesa: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá la puerta. Exhorta Ro 12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración, y en Fil 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Jesús repitió su asombrosa promesa para que no hubiera ninguna duda en sus palabras al decir: Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.  La promesa no es un cheque en blanco que otorga a las personas cualquier cosa que deseen, puesto que ya la ha limitado la enseñanza del Señor en Lucas 11:2-4 de que Dios es el centro de toda verdadera oración. Nuestro motivo al pedir debe ser correcto. Santiago explica en Stg 4:3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Dios no está obligado a responder peticiones egoístas y carnales de sus hijos. Quienes oran con un enfoque adecuado y centrado en Dios recibirán lo que anhelan, pero las peticiones egoístas de los codiciosos no les serán concedidas. Todo aquel que reclama esta promesa debe estar viviendo en obediencia a su Padre celestial. El apóstol Juan aclara en 1Jn 3:22 Cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Sal 55:16-17 En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz.   2. Ejemplos de perseverar en la oración. Jesús ilustró con una parábola la perseverancia en la oración en Lc 18:1-8 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Tienes problemas familiares, económicos,