La palabra de Dios ordena mi camino Salmos 119:5

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

293 – Sal 119:5 - La palabra de Dios ordena mi camino. ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos!   Nos ahogamos en un mar de impureza. A cualquier parte donde miremos, descubriremos que la tentación conduce a la vida impura. El salmista hizo una pregunta que nos preocupa a todos: ¿Cómo podemos permanecer puros en un ambiente impuro? No podemos hacerlo por nuestra propia cuenta, sino que debemos tener consejos y fortaleza mucho más dinámicos que las influencias tentadoras que nos rodean. ¿Dónde encontramos esa medida de fortaleza y sabiduría? Al leer la Palabra de Dios y al practicar lo que ella dice. Afirma el Sal 119:9 ¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. En el Sal 119:19 El salmista dice: "Forastero soy yo en la tierra", por lo tanto, necesita dirección. Casi cualquier viaje requiere de un mapa o un guía. Cuando viajemos por la vida, la Biblia debe ser nuestro mapa de carreteras, señalándonos las rutas seguras, los obstáculos que debemos evitar y nuestro destino final. Debemos reconocer que somos peregrinos aquí en la tierra y que necesitamos estudiar el mapa de Dios para que guie nuestros pies y alumbre el camino a seguir como enseña el Sal 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.   1. La disciplina. Cuando hablamos ordenar nuestro camino estamos hablando de una vida llena de disciplina según el Sal 119:9-16. El salmista en afirma enel Sal 119:14 Me he gozado en el camino de tus testimonies Más que de toda riqueza. La disciplina es una de las cosas que más le cuesta trabajo al ser humano. La palabra disciplina viene de discípulo. El discípulo que ha sido bien disciplinado por su maestro habrá debido capacitarse en el cultivo de la constancia (perseverar), de la no improvisación (planificación), de la no precipitación (organizado), de la no negligencia (diligente). Jesucristo exige: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos (Jn 8:31). 2. La disciplina del creyente. En 1Re 3:5-14. Salomón reconoce que requiere ayuda para ordenar sus pasos, gobernar la nación, como lo hizo su padre David. Salomón veía en su padre tres cualidades que le llamaron la atención, David: Anduvo delante de Ti: En verdad. En justicia. En rectitud de corazón. (1Re 3:6). Dios es el único que puede ordenar nuestros pasos con su palabra que enseña: la verdad, la justicia y la rectitud. David  anduvo, se condujo, caminó con un estilo de vida de acuerdo a lo que Dios exige. Dios pone su parte pero el creyente tiene que poner de su voluntad. El apóstol Pablo enseña que el creyente debe tener la disciplina como la de un atleta diligente, ganador que persevera en capacitarse, entrenar, abstenerse de todo para obtener el premio de la vida eterna según 1Co 9:24-25 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 3. No somos dueños de nuestra vida. No es del hombre sentarse y ordenar sus propios caminos. No es con la ayuda de filosofías u opiniones de hombres sabios. Solo con la ayuda de Dios mediante su Palabra nos hará prosperar en todo lo que hagamos. Declara Jer 10:23 Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. Si somos cristianos, Dios es doblemente dueño de nuestras vidas: 1. Es nuestro creador (hacedor) y 2. Pago el rescate con su muerte en la cruz. Si quieres no hagas caso y no ordenes tu vida de acuerdo a la Palabra de Dios. Y dentro de un año nos vemos y hablamos de nuevo. Si no ordenas tus caminos no te ira bien.  Por lo tanto, debemos andar enel camino de Dios. Jesús dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida. (Jn 14:6) Dios es el camino, no un camino, es el camino absoluto, único que conduce  a la vida eterna. 4. Dios solo ordena los pasos