La plenitud del gozo Salmos 16:11

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

200 – Sal 16:11 – La plenitud del Gozo. Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.   Este salmo 16 es una celebración del gozo que trae la comunión con el Señor, el cual David se daba cuenta que procedía de la fe en Dios. El título Mictam de David significa el Salmo de oro de David. Algunos lo llaman la Joya de David o cántico notable, el Salmo del secreto precioso. David estaba seguro que debido a que había llegado a conocer y confiar en Dios como su herencia en esta vida, podía confiar siempre en Él aunque enfrentara la muerte. Enseña Ro 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.   1. Dios es nuestra herencia en la vida (Sal 16:1–8). Sal 16:1 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Uno de los grandes nombres de Dios es el de «Preservador de los hombres» (Job 7:20). Sal 16:2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. David anunció su fe exclusiva, total en Jehová. Su declaración de fe era: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti. El apóstol Pablo poco antes de su partida enseña en 2Ti 1:12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. En el Sal 16:3-4 Para los santos que están en la tierra, y para los íntegros, es toda mi complacencia. Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres.  Dios ha llamado a su pueblo para ser una nación santa (Éx 19:6; 1Pe 1:16; 2:9), y el siervo de Dios reconocía que con ellos debía andar, con los fieles, los santos servidores del Señor. En el Sal 16:5–6. Dirigiéndose directamente al Señor, el salmista proclamó sus bendiciones. Haciendo una comparación dice: Jehová es la porción de mi herencia. Para él, Dios era todo lo que necesitaba para satisfacer su corazón mientras viviera. Además de ser su porción, Dios le había asignado una hermosa heredad. El salmista comparaba las bendiciones divinas con la mejor herencia que alguien pudiera recibir; reconocía que Dios le había permitido llevar una vida maravillosa y plena. En el Sal 16:7–8 Como resultado de todas las bendiciones, David alababa a Dios, porque dijo: me aconseja; aun en las noches me enseña (y por supuesto que también durante el día) y porque lo guiaba en forma segura. Bendeciré significa “hablar bien de alguien”. Esta es la primera de veinticuatro veces que en el libro de los Salmos se dice que el Señor es “bendecido”. David sabía que nunca sería conmovido ni apartado de su camino de integridad y nada impediría que siguiera disfrutando de las bendiciones que tenía al confiar en Dios. Esa es la fe que debemos tener en Dios como David y otros siervos del Señor como Moisés que  “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (He 11:27). 2. La plenitud del gozo de Dios (Sal 16:9-11). Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente; Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre. La muerte no era una amenaza para David, porque disfrutaba de la bendición y comunión con Dios, quien no permitiría que la muerte y el sepulcro interrumpieran la plenitud del gozo de Dios. El apóstol Pedro citó el Sal 16:8-11 el día de Pentecostés en Hch 2:25-28, y el apóstol Pablo mencionó Sal 16:10b en Hch 13:35–37 al hacer referencia a la resurrección de Cristo. Así que las palabras de David fueron tipológicas, porque trascendieron su propia experiencia y se cumplieron históricamente en Cristo. La idea de ser preservado de la corrupción del sepulcro