La reconciliación con Dios Romanos 5:10

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

181 – Ro 5:10 - La reconciliación con Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.   La palabra “reconciliación” presupone un estado anterior de enemistad, o de malas relaciones, que termina con un acto que hace posible la amistad y las buenas relaciones. La palabra se emplea, en el orden natural, en 1Co 7:11, donde dice el apóstol Pablo que la mujer apartada de su marido ha de quedar sin casarse o debe “reconciliarse” con él. Es importante notar que, en el uso bíblico de estos términos, la enemistad es siempre del ser humano contra Dios y no la de Dios contra el ser humano. La reconciliación significa un cambio de relación, de la hostilidad a la armonía y paz entre dos personas. Las personas pueden ser reconciliadas la una con la otra, y las personas pueden a través de Jesucristo ser reconciliadas con Dios como enseña Ro 5:11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro, Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.   ¿Por qué la necesidad de la reconciliación? A causa del pecado, Dios y el ser humano están en una relación de hostilidad y enemistad como enseña Ro 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. ¿Se refiere esto a la enemistad de la humanidad hacia Dios o la enemistad de Dios hacia el ser humano? El segundo, Dios nos contó como Sus enemigos. El hecho de que el apóstol Pablo menciona la ira de Dios en Ro 5:9 respalda la interpretación de que los enemigos fueron el objeto de Su ira. Nuestro estado de distanciamiento no pudiera haber sido más serio, ni tampoco más urgente la necesidad de un cambio, una reconciliación. Enseña Tit 2:14 [Cristo] quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. ¿Cómo somos reconciliados? El Nuevo Testamento afirma claramente que la reconciliación se lleva a cabo por la muerte del Señor Jesús (Ro 5:10), la cual cambió completamente el estado anterior de enemistad del ser humano en uno de justicia y completa armonía con un Dios justo como enseña Col 1:20 y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Dios actuó sobre el ser humano para reconciliarlo consigo mismo como enseña Col 1:21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado. ¿Quién planificó la reconciliación? Dios deseaba reconciliar a los pecadores consigo mismo, hacerlos sus hijos como enseña 2Co 5:18-19 Y todo  esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. La frase no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados revela el medio de la reconciliación: el perdón de los pecados. Solo por el perdón de los pecados puede el pecador reconciliarse con Dios, pues el pecado lo separa eternamente de Él como Enseña Is 59:2 Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. El ser humano ha sido reconciliado con Dios porque la mediación efectuada por Dios de hombres pecadores consigo mismo, realizada una vez y por todas en Cristo, tiene efectos permanentes como enseña 1Ti 2:5-6 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. La reconciliación no es aplicable solamente a un período o a un grupo de personas, sino a todo el mundo.