La seguridad de salvación eterna - 2Corintios 13:5

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

260 – 2Co 13:5 - La seguridad de salvación eterna. Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?   ¿Cómo sabemos que seguiremos siendo creyentes toda la vida? ¿Hay algo que impedirá que caigamos y nos alejemos de Cristo, algo que garantice que seguiremos siendo creyentes hasta que muramos y que en verdad viviremos con Dios en el cielo para siempre? ¿Podemos apartarnos de Cristo y perder las bendiciones de nuestra salvación? Enseña Fil 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Cuando una persona ha creído genuinamente en Cristo como su Salvador del pecado, tiene la certeza eterna de que Dios lo guarda por su poder. La base de la seguridad de salvación no está en el hombre, está en Dios. La seguridad del creyente se basa en la obra del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enseña 1Pe 1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 1. La obra del Padre en la seguridad Los creyentes están seguros porque el Padre escogió salvarlos desde el pasado eterno y predestinó a los creyentes para un nuevo estatus de hijos en Cristo “según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Ef 1:4-5). El Padre tiene el poder para mantener seguros a los creyentes en su salvación (Ro 8:28-30). Aquellos a quienes el Padre conoció de antemano, predestinó, llamó y justificó, en el futuro también serán glorificados. Ninguno se perderá en el proceso. El amor del Padre por los creyentes garantiza también su seguridad (Ro 5:7-10). Enseña Ro 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 2. La obra del Hijo en la seguridad El Hijo redimió al creyente según Ef 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Quitó de él la ira de Dios (Ro 3:25), lo justificó (Ro 5:1), lo perdonó (Col. 2:13) y lo santificó (1Co 1:2). Más aún, Cristo pide en oración que los creyentes estén con Él (Jn 17:24); sigue siendo abogado de ellos en el sistema judicial de Dios (1Jn 2:1) y continúa intercediendo por ellos como su Sumo Sacerdote (Ro 8:34; He 7:25). Enseña He 7:25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 3. La obra del Espíritu Santo en la seguridad El Espíritu Santo regeneró al creyente, le dio vida (Tito 3:5); habita en el creyente para siempre (Jn 14:17); lo selló para el día de la redención según Ef 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Aquí el sello es una cuota inicial que garantiza nuestra herencia futura; por el Espíritu son bautizados los creyentes en unión con Cristo y en el cuerpo de creyentes (1Co 12:13). El punto clave en la discusión de la seguridad del creyente está en quién salva. Si el hombre es responsable de asegurar su salvación, puede perderse; si Dios asegura la salvación de la persona, ella siempre está segura. 4. Abandonar la fe (apostatar). ¿Que es la apostasía? Es el acto  por medio del cual una persona que ha profesado creer en Cristo, se aparta y rechaza deliberadamente la verdad revelada en la Escritura. Es abandonar y rechazar  de manera deliberada la fe. Desertar, traicionar, apartarse, alejarse de Jesús, de la palabra de Dios, de la fe de manera voluntaria y consciente. La obra del Padre, del Hijo, y del Espiritu Santo dan garantía de la seguridad de la salvación eterna pero el creyente debe perseverar en comunión con Dios