La victoria sobre la muerte - 1Co 15:55
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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086 – 1Co 15:55 – La victoria sobre la muerte. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? El apóstol Pablo al concluir este pasaje 1Co 15:50-58 proclama la maravillosa victoria que trae la resurrección para todos los que son de Cristo. Con un cantico de victoria alaba a Dios en anticipación por la resurrección. El apóstol proclama la gran transformación, el gran triunfo y la gran acción de gracias que los santos resucitados de Dios elevarán, y concluye con una gran exhortación, motivación para vivir de forma santa hasta que llegue ese día. I. La gran transformación (1Co 15:50-53) Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Debido a que nuestro cuerpo terrenal, animal, no puede funcionar en el reino eterno, tiene que haber una transformación para que esto corruptible [lo que está sujeto al deterioro] se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. La palabra griega de la que traducimos se vista la usaban para hablar de ponerse la ropa, y, nos trae la imagen de que nuestra alma redimida será vestida de un cuerpo redimido, un cuerpo glorificado para vivir eternamente. Mediante el toque de la trompeta Dios convocará a todo su pueblo para que acuda a su presencia como enseña 1Ts 4:16-17 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. II. El gran triunfo (1Co 15:54-56) Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Pablo aumenta su gozo citando a los profetas Isaías 25:8 y Oseas 13:14 para burlarse de la muerte: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Con esta metáfora el apóstol dice implícitamente que la muerte dejó su aguijón en Cristo, como la abeja deja el suyo en su víctima. Cristo llevó todo el aguijón de la muerte con el fin de que nosotros no tuviéramos que sufrir nada. Profetizó Is 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Enseña Ro 5:12 que el pecado entró por Adán y con el pecado la muerte. Lo que Cristo ha hecho por todos los que confían en Él, es que la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado y vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre (1Jn 1:7; 2:12). La muerte no ha desaparecido, pero su aguijón, el pecado, sí ha quedado neutralizado. La muerte ha sido vencida y nuestra esperanza va más allá de la tumba, viviendo confiadamente como enseña Pablo en Fil 1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. III. La gran acción de gracias (1Co 15:57) Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Demos siempre gracias a Dios por Jesucristo ya que para los cristianos la muerte es solo la puerta para la eternidad donde todo será nuevo como enseña Ap 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolo