Los siete Yo Soy de Jesús - Juan 6:35

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

051 – Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.   Juan registra en su evangelio las siete afirmaciones “Yo Soy” de Jesús, que describen su deidad, y es el mismo escuchado por Moisés en la zarza ardiendo en el monte Horeb (Ex 3:12-14). Jesús no sólo realiza siete afirmaciones, sino que en cada una se está atribuyendo la misma divinidad que la del Padre como lo afirma en Jn 10:30 Yo y el Padre uno somos. Pablo lo afirmaría luego en Col 2:9 Porque en Él (Jesucristo) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.   1.   En Jn 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Jesucristo es la vida y quien la sustenta. Usa de contexto la señal de la alimentación de los cinco mil. Se compara con el maná del desierto y recuerda los doce panes en la mesa de la propiciación en el lugar santo, símbolo de su Palabra.     2.   En Jn 8:12 Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Seguir la luz, seguir a Cristo, significa confiar en Él y obedecerle. El contexto anterior es el perdón de la mujer adúltera y después en la sanidad del ciego de nacimiento (Jn 9). Únicamente en la luz es posible caminar y actuar seguro, en la oscuridad el ser humano se encuentra ciego, tropieza, cae en el pecado, y no encuentra su camino.   3.   En Jn 10:9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El pastoreo era la actividad más común en Israel y las ovejas eran para los sacrificios y el diario vivir, de manera, que Jesús les invita a entrar por “la puerta de las ovejas” y permitir ser su “buen Pastor”.   4.   En Jn 10:11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Jesús es el buen pastor en contraste con los pastores malos. El contexto es los falsos maestros y pastores fariseos que habían expulsado de la sinagoga al ciego que Él sanó y la alegoría del redil de las ovejas. Describe a los fariseos como ladrones, asaltantes, extraños y asalariados. Recordaba la promesa hecha por Dios en Ez 34:15 Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco (lugar, refugio), dice Jehová el Señor. Recordaba los malos pastores registrados en Jer 23:1 y Zac 11:17. Los pastores de ovejas eran despreciados por los fariseos, los tenían por impuros y menospreciado por los ricos. Estaba anunciando que daría su vida por sus ovejas en sacrificio en la cruz del calvario, para comprar con su sangre preciosa a la iglesia. El apóstol Pedro lo afirma luego en 1Pe 1:18-19.   5.   En Jn 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Los fariseos creían en la resurrección pero nunca habían presenciado una como la de Lázaro. Así como Jesucristo resucitó, los creyentes resucitaremos con un cuerpo glorificado (Ro 8:11; 1Co 15:50-57; Fil 3:20-21; 1Ts 4:13-17).   6.   En Jn 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Enseña que Jesús es el único camino al lugar santísimo, a la presencia del Padre. Las tres puertas que tenía el tabernáculo y luego el templo se conocían como: el camino para entrar al atrio o patio, la verdad para entrar al lugar santo, y la vida para entrar al lugar santísimo. Él es el camino nuevo y vivo para llegar al lugar santísimo, al trono de la gracia (He 4:16; 10:19-22). Jesús no muestra simplemente el camino; Él mismo es el camino. Es la verdad que Él enseña para seguir en el camino (Mr 12:14; Lc 20:21), y nos guía en el camino a la  vida eterna (Lc 1:79). Jesucristo es el camino que conduce a Dios; la verdad que libera a los hombres; y la vida que produce comunión eterna con Dios.   7.   En Jn 15:1 Yo soy la vid verdadera y mi Padre el labrador. La vid representaba a Israel (Is 5:1-7). También el fruto de la vid era común en la bebida del pueblo de Israel. Así como un pámpano