Luchando contra la incredulidad Hebreos 3:12-13

203 – He 3:12-13  - Luchando contra la incredulidad Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo, antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.   La fe está orientada hacia el futuro como enseña He 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Es una esperanza del corazón en las promesas de Dios. Este tipo de creencia es la raíz del amor y la justicia como lo enseña Pablo en Gálatas 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. La raíz de todo el amor y la bondad es la creencia en las promesas de Dios. Lo opuesto a esta verdad es: La incredulidad que es la raíz de todo pecado por la falta de fe. Esto nos lleva a la conclusión de que la máxima prioridad en la vida cristiana es aprender a luchar contra la incredulidad y pelear la batalla de la fe como enseña Pablo a Timoteo en 1Ti 6:11-12 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Pablo perseveró en la fe contra la incredulidad y dice en 2Ti 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 1. La incredulidad como la raíz y la esencia de todo pecado. He 3:12-13 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. La advertencia es para los creyentes. La incredulidad es la raíz de la maldad y la esencia del mal. Todo nuestro pecar nace de nuestra incredulidad en el Dios vivo y en lo que nos ha dicho en la Escritura. En próximas enseñanzas estaremos revisando la lucha contra pecados generados por la incredulidad como: La avaricia, la impaciencia, el desánimo, la envidía, la lujuría, la vergüenza inapropiada, y la soberbía. La incredulidad es una ofensa directa a Dios como advierte Pr 6:16-19 Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos. 2. La batalla de la fe, lucha contra la incredulidad. 1Ti 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. El nuevo nacimiento introduce a la persona a una vida de lucha espiritual contra el mal (Ef 6:12). Esta lucha se llama “la batalla de la fe” en 1Ti 6:12; 2Ti 4:7. Y aquí en He 3:12 se le llama la lucha, batalla contra la incredulidad: “Mirad [es la vigilancia de la batalla], hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad [el enemigo de la guerra] para apartarse del Dios vivo [lo que pasa si no se toma la guerra en serio].” Por lo tanto, la batalla fundamental en la vida del creyente es la lucha de creer en el Dios vivo, y no dejar que nuestro corazón sea un corazón malo de incredulidad. Advierte He 3:13-14 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio. Si la incredulidad en el Dios vivo toma la delantera en nuestra vida, entonces el resultado puede ser un endurecimiento que nos hace no estar dispuestos a arrepentirnos y nos aparta de la gracia de Dios. La evidencia de la que has sido hecho participante en