Mi Redentor Vive - Job 19:25-27

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

048 - Job 19:25-27 Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.   Job inicia este capítulo respondiendo en Job 19:1-2 ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, y me moleréis con palabras? Luego de haber perdido a sus diez hijos, todos sus bienes, y ser azotado con una enfermedad en toda su piel (Job 1-2), es visitado por sus tres mejores amigos y  solo recibe de ellos, golpes verbales con fuertes acusaciones injustas. En Job 19:2-3 describe los cuatro feroces verbos usados por sus tres amigos: Angustiar, triturar, injuriar y avergonzar. La lengua del sabio puede traer grandes beneficios, pero mal usada puede ser algo mortal como dice Pr 12:18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina. En Job 19:6-10 se ve muy afectado por el silencio y la distancia de Dios. Dice en Job 19:7 He aquí, yo clamaré agravio, y no seré oído; daré voces, y no habrá juicio. Para Job, Dios había guardado silencio a su clamor, como si los cielos fueran de bronce sin brillo, y no subieran sus oraciones hasta Él. En Job 19:13-22 describe la ausencia y falta de apoyo de la familia y amigos durante su dura situación. Dice en Job 19:19 Todos mis íntimos amigos me aborrecieron, y los que yo amaba se volvieron contra mí. Recuerda a sus amigos su condición física y dice en Job 19:20 Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos, y he escapado con sólo la piel de mis dientes. Quizás con sus ojos llenos de lagrimas dice a continuación a los que lo estaban maltratando con duras palabras en Job 19:21 vosotros mis amigos, tened compasión de mi, tened compasión de mí. La pregunta para ti es ¿Cómo te sientes cuando estás en pruebas, dificultades y nadie quiere saber de ti, y quedas sólo? ¿A qué o a quién acudes o buscas? En Job 19:23-24 Job anhela que sus palabras fueran preservadas, esculpidas en granito, para que las generaciones siguientes pudieran leerlas y aprender de ellas y dice: ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro; Que con cincel de hierro y con plomo fuesen esculpidas en piedra para siempre! Job no tenía ni idea que sus palabras sobrevivirían. Dios le hizo justicia y decidió incluirlas en su eterna Palabra, la Biblia. Al final del libro en Job 42:10-17, aprendemos como Dios reivindicó la vida de Job dándole el doble de lo que el enemigo le había quitado.   I. Job 19:25a Yo sé que mi Redentor vive, La fe de Job lo lleva a profetizar y concluir con la única esperanza, para el atacado y maltratado, la cual es Dios su ayudador, redentor y que Él vive por los siglos de los siglos. Gracias al Magnum Opus del gran compositor Handel, cada navidad escuchamos una y otra vez este mensaje de Job 19:25-27. Si en medio de tus pruebas sientes que Dios no responde, y como en el caso de Job, tus amigos y familia han comenzado a volverse contra ti. ¡Hay un futuro sin igual, brillante más allá de tus mejores sueños! Una eternidad donde Dios quitará el mal y la justicia sustituirá a la injusticia. Jesucristo lo promete en Ap 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;  porque las primeras cosas pasaron.   II. Job 19:25b y al fin se levantará sobre el polvo; Job se adelanta y profetiza muchos siglos antes sobre la esperanza del cristiano: la resurrección de Jesucristo. Jesucristo afirma en Jn 14:19b… porque yo vivo, vosotros también viviréis. Y dice en Ap 1:17-18… No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.   III. Job 19:26-27 Y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro d