Proceso de la salvación (II) - Hechos 4:12

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

257 – Hch 4:12 - Proceso de salvación (II) Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.   La obra de Cristo en el proceso de la salvación es el sacrificio en la cruz como expiación sustitutiva por el pecado, la cual asegura que el hombre es libre de la pena y atadura del pecado, y satisface la demanda justa del Dios santo como enseña 2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él. La obra del Espíritu Santo. La obra del Espíritu Santo en la salvación incluye el ministerio de convencer al incrédulo Jn 16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Regenerar la persona para darle vida espiritual según Tit 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. Habitar en el creyente (Jn 14:16-17). Bautizarlo en unión con Cristo y con otros creyentes y sellarlo como enseña Ef 1:13 En ÉL también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. La obra del hombre. Hay muchos pasajes donde se afirma que la única responsabilidad del hombre en la salvación es creer en el evangelio (Jn 1:12; 3:16, 18, 36; 5:24; 11:25-26; 12:44; 20:31; Hch. 16:31; 1 Jn. 5:13 y otros más). Pero, ¿qué es la fe? ¿Qué quiere decir creer en el evangelio? La fe se puede definir como la plena confianza en Dios, “confiar con seguridad”. Cuando Juan usa la palabra fe lo hace en sentido semejante al de Pablo para describir la fe como creencia “en Cristo”. Para Juan, la fe “es una actividad que saca a los hombres de sí mismos y los hace uno con Cristo”. No obstante, la fe salvadora no es el solo asentimiento intelectual de una doctrina; requiere más que eso. La fe salvadora tiene al menos tres elementos. (1) Conocimiento. Requiere intelecto, y enfatiza que hay ciertas verdades básicas que se deben creer para la salvación. Jesús afirmó que era Dios; creer en su divinidad es el punto central de la salvación (Ro. 10:9-10). A menos que una persona crea que Jesús es todo lo que Él afirmo ser, esa persona morirá en sus pecados (Jn. 8:24). Entonces, la fe salvadora requiere creer las verdades básicas fundamentales para la salvación del hombre: el pecado del hombre, el sacrificio expiatorio de Cristo y su resurrección corporal. Juan escribió las afirmaciones de Cristo, de modo que las personas pudieran creer en ellas y así ser salvas (Jn. 20:30-31). (2) Convicción. La convicción requiere emociones. Este elemento enfatiza que la persona no sólo tiene conocimiento intelectual de las verdades, sino que hay una convicción interior (Jn. 16:8-11) de que son confiables. (3) Confianza. Como resultado del conocimiento de Cristo y la convicción de que estas cosas son ciertas, debe haber una confianza establecida, un movimiento de la voluntad; debe tomarse una decisión como acto de la voluntad. Usualmente, el “corazón” denota la voluntad, y ése es el énfasis de Pablo cuando declara “crees en el corazón” en Ro 10:9-10 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. La santificación. La palabra santificación (hagiasmos) quiere decir “apartar”. Es la misma palabra cuya raíz se encuentra en las palabras santo y santidad. Santificación y otros términos relacionados se usan de formas variadas en el Antiguo y el Nuevo Testamento. No obstante, hay tres aspectos principales de la santificación con respecto al creyente del Nuevo Testamento. (1) Santificación posicional. Se refiere a la posición del creyente ante Dios, con base en Dios; se le declara santo. Es usual que Pablo comience sus cartas