Salvación por sustitución 1Corintios 15:3-4
Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

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178 – 1Co 15:3-4 – La salvación por sustitución. Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escritura; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día. La salvación por sustitución, o vicaria, significa simplemente que Cristo sufrió en lugar del pecador, es decir, en vez de nosotros, lo que redundó en beneficio de nosotros al proveer un pago, por nuestros pecados. El ser humano podría expiar sus pecados personalmente sólo si pudiera sufrir eternamente por la penalidad en que incurrió por el pecado. El ser humano, por supuesto, nunca podría lograr esto, así que, en Su amor y compasión, Dios intervino en una situación irremediable y nos dio un vicario, un sustituto, en Jesucristo, quien sí proveyó una satisfacción eterna, fue la ofrenda perfecta, la propiciación, para expiar, quitar nuestros pecados. Enseña 1Pe 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. 1. Expiación por sustitución en el Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento la muerte de un animal tomaba el lugar de la muerte merecida del que lo ofrecía. El proceso claramente enseñaba la sustitución según Levítico 16. La expiación del Antiguo Testamento no podía quitar los pecados como enseña He 10:3-4 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Enseña He 13:11-12 Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. 2. Salvación por sustitución en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento es usada veintidos veces la palabra griega “anti” (G473, por) cuyo significado es “en lugar de”, “en beneficio de “, y “en sustitución de”. Esta palabra “anti” es usada en los dos versículos principales, bases de la doctrina de la sustitución que son Marcos 10:45 y Mateo 20:28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por [anti] muchos. Estos versículos (Mr 10:45; Mt 20:28) enseñan el concepto sustitutivo de la muerte de Cristo, no porque “anti” por sí solo signifique en lugar de, sino porque el contexto deja cualquiera otra idea resultante fuera de posibilidad. Por lo tanto, Jesucristo vino a dar su vida como un rescate en intercambio por muchos, ya que el precio que debía pagarse por ellos era que Él entregara su vida como enseña Jesucristo en Jn 10:11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 3. Jesucristo nuestro sustituto (vicario). Cristo murió no solo como un sacrificio, sino como nuestro sustituto. Nos concedió la reconciliación con Dios mediante la muerte sufrida en su propio cuerpo como enseña Ro 8:3 Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. Jesucristo tomó el lugar de los pecadores, padeciendo una muerte sustitutiva que canceló toda la pena por el pecado de cada creyente. Su sacrificio satisfizo las exigencias de la ira de Dios. Veamos algunos pasajes del Nuevo Testamento que exponen claramente el patrón de expiación por sustitución: Cristo no fue hecho un “pecador” sino “pecado” según 2Co 5:21 Al que no conoció pecado, por (anti) nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. El justo murió por los injustos. El sacrificio de Cristo hizo algo por nosotros que no podíamos hacer nosotros mismos. En 2Co 5:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por (anti) ellos. Cristo pagó, nos redimió, para liberarnos de la esclavitud del pecado y la sentencia de muerte eterna según Gá 1:4