Un hombre comprometido con la verdad. Hebreos 11:24-25

Descansando en Dios - En podcast af Francisco Atencio

295 - He 11:24-25  - Un hombre comprometido con la verdad. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón. Escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado.   Moisés es un excelente ejemplo de un hombre comprometido con la verdad, comprometido con Dios. Que te gustaría que dijeran de ti cuando mueras, partas de este mundo: Este hermano, hermana fue un hombre o mujer servidora de Dios, cumplia con lo que se comprometia, llegaba temprano, obedecia la palabra de Dios. Moisés es un ejemplo de renuncia a la fama, reconocimiento, rechazo al pecado y a los placeres del mundo. Un hombre comprometido con la verdad de Dios. Enseña el Sal 119:127 Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro. 1. Comprometidos con Dios. He 11:23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Los padres de Moisés tuvieron temor de Dios y no temieron el decreto del faraón dado en Ex 1:15 Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. Los padres y parteras tenían temor de Dios, comprometidos con Dios. La Biblia enseña que debemos sujetarnos a las autoridades, pero cuando no transgrede la voluntad de Dios. Los apóstoles fueron amenasados e intimados por las autoridades para que no predicasen el evangelio de Jesucristo: “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” (Hch 4:19-20). 2. Moisés rechazó la fama, el reconocimiento. He 11:24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón. Moisés rechazó apoyarse, tener titulo de grandeza, siendo nieto adoptivo de faraón. Muchos predicadores y creyentes buscan el reconocimiento, la fama, los aplausos de los hombres. Buscan tener títulos de apóstol, profeta, doctor, magister porque eso sube el ego del mundo. Los grupos musicales buscan grabar más discos. Los predicadores compiten por quien ha ganado más almas para Cristo anhelando el reconocimiento de los hombres. La Biblia va contra la competencia porque enseña la unidad, que somos el cuerpo de Cristo donde todos los miembros son iguales, con el mismo privilegio y una sola cabeza: Jesucristo (1Co 12:12-27). El apóstol Pablo era un erudito, poligata (hablaba varios idiomas), preparado, había obtenido muchos títulos, logros personales y concluye en Fil 3:7-8 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. El mayor privilegio de un hombre es ser llamado a predicar la palabra de Dios, y nuchos usan el tiempo en el pulpito para proyectarse, promocionarse, recibir elogios, aplausos en lugar de usar ese tiempo para predicar, enseñar la palabra de Dios. 3. Moisés rechazó el pecado y los placeres del mundo. Moisés es un excelente ejemplo de rechazar las cosas del mundo en He 11:25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado. Moisés prefirió padecer y ser comprometido con la verdad de Dios teniendo la mirada puesta en el premio eterno: “teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.” (He 11:26). Advierte 1Jn 2:15-17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en Él.