314. Quema de grasa y cardio (entrenamiento aeróbico parte IV)

Mi GYM en casa - En podcast af Sergio Catalán

Haciendo un breve repaso, en esta serie de artículos sobre el entrenamiento aeróbico, hemos visto las intensidades que podemos alcanzar con este tipo de entrenamiento. También los dos tipos principales: HIIT y LSD, explicando metabólicamente cómo funciona cada uno de ellos. En la última parte (¿Cómo funciona el cardio metabólicamente?) comenté que dependiendo de la fuente que consultemos se polarizan mucho los beneficios de uno frente a otro. Antes de pasar a la quema de grasa, me gustaría matizar bien algunas cosas que hemos visto hasta ahora, con la mayor objetividad posible, dentro de este pequeño debate entre diferentes tipos de entrenamiento aeróbico. Que algo no sea blanco, no lo convierte en negro Hay fuentes que dicen que no hay mejoras del sistema cardiovascular, que son sólo cambios metabólicos, de los que éste se beneficia. No estoy totalmente de acuerdo ya que sí se producen adaptaciones circulatorias y en el corazón con el ejercicio aeróbico clásico. Un ejemplo típico, más relacionado con la fuerza, es este: Si para subir unas escaleras tú tienes 2 unidades del fuerza en tus piernas y un abuelo tiene sólo 1 unidad, necesitarás pedir a tu corazón que trabaje 100 y el abuelo tiene que pedir 200 al suyo. También se dice que el músculo es quien soporta el ejercicio aeróbico y en parte es verdad. Pero tiene que ser un músculo aeróbicamente entrenado. Conozco personalmente a un culturista que jadea al subir escaleras. Podemos tener mucho músculo y estar muy definidos y ser aeróbicamente muy deficientes. ¡Ojo! No estoy diciendo que el músculo no sea importante, estoy diciendo que no lo es todo y que las fibras musculares tendrán que estar acondicionadas al ejercicio aeróbico. El entrenamiento de fuerza sí que llega a mejoras metabólicas cuando se supera el ciclo de Krebs, pero estaríamos hablando de un entrenamiento más metabólico que de fuerza puro. Porque un entrenamiento de fuerza como tal, no produce tampoco estas mejoras metabólicas ya que precisamente lo que buscamos, en principio, es no acercarnos demasiado al fallo, superando el ciclo de Krebs (esto lo vimos en ¿Cómo funciona el cardio metabólicamente?). Pero ampliando el punto de vista, una vez más, si hacemos un entrenamiento de fuerza y ganamos masa muscular, tendremos un gasto calórico en reposo mayor y además, el músculo trabajando como órgano endocrino (definición del adjetivo endocrino: "que vierte directamente en la sangre las sustancias que segrega"), nos ayuda a mitigar posibles picos de glucosa al funcionar como almacén de glucógeno, entre otras muchas funciones. Tenía preparados bastante argumentos que se utilizan a favor de la alta intensidad y sus contestaciones en diferentes aspectos bioquímicos (lipasa sensible a las hormonas, ácido 2,3-bisfosfoglicérico, etc) pero no deja de ser debatir sobre aspecto aislados que me da la sensación, no conducen más que a crear más confusión. Por esto, simplemente trataré la quema de grasa. Quema de grasa Cuando comemos más de lo que nuestro cuerpo gasta (ya sea con el ejercicio o por el mero hecho de estar vivos), ese exceso de energía se almacena en el cuerpo en los adipocitos en forma de triacilglicerol. Lo que podríamos llamar, para que todos lo entendamos, panceta. Os puedo contar que la alta intensidad es lo mejor, porque cuando necesitamos energía al hacer este tipo de entrenamiento,

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