#42 Kilómetros Después, Me Reencontré

Correr para amar - En podcast af Anthonella Alarcon

Correr 42.195 kilómetros fue mucho más que un reto físico; fue un viaje profundo hacia mis límites y un reencuentro conmigo misma. Sin un plan claro, o tal vez con el único plan de enfrentarme a mis dudas, aprendí que el verdadero desafío no está solo en las piernas, sino en la mente que insiste y el corazón que late fuerte, incluso cuando todo parece detenerse. En el kilómetro 25, cuando mis piernas empezaron a apagarse, descubrí algo mágico en el camino: no son liebres las que encuentras, son ángeles. Fueron sus palabras, en el kilómetro 30, las que encendieron mi coraje y me recordaron que cada paso, incluso los más lentos, me acercaban no solo a la meta, sino a la razón por la que corro. Esta maratón me dio más que cansancio y esfuerzo: me regaló perspectiva. Me mostró que el verdadero cable a tierra no está en los músculos, sino en la fuerza de decidir no rendirme. Al cruzar la meta, no solo llegué; me reencontré con una versión más fuerte y conectada de mí misma.

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