Episodio 21. Mitocondrias, deporte, diabetes, cáncer. ¿Qué tienen en común el rendimiento y las enfermedades modernas?

CorrerPorSenderos | El podcast de trail-running - En podcast af HectorGarciaRodicio

No somos plantas. Somos animales. Y, como tales, debemos movernos para buscar agua, alimento, refugio y pareja. Si nos quedáramos 24/7 sentados, en cosa de tres días, por la deshidratación, o de tres semanas, por la desnutrición, moriríamos. Bueno, eso es lo que ocurriría en condiciones naturales, pero vivimos en un mundo artificial, que nos permite pasar 14 de las 16h de vigilia del día sentados. Esto, desafortunadamente para la persona sedentaria y para el sistema sanitario, tiene un precio: no morimos en el acto, pero vamos perdiendo poco a poco salud, con el coste que ello supone en términos de calidad de vida y de gasto sanitario… Sin movimiento, vamos degenerando, es decir, vamos desarrollando enfermedad degenerativa, lo que incluye obesidad, diabetes, arterioesclerosis, osteoporosis, depresión, alzhéimer o cáncer, entre otras. Puede sonar catastrófico, pero, además de que los números están ahí, insisto en que tiene todo el sentido que la enfermedad surja, cuando atentamos cada día y durante años contra nuestra naturaleza. Y nuestra naturaleza, lo digo una vez más, es movernos, porque no somos plantas; tampoco mejillones, setas, algas o corales marinos. Esos organismos desarrollaron sus propias estrategias para obtener alimento, para protegerse y hasta para reproducirse sin moverse del sitio. En cambio, nuestra estrategia para obtener alimento, refugio y pareja es mover el culo del sofá y usar músculos, corazón, pulmones y cerebro para encontrar esos recursos básicos, que no van a venir a llamar a nuestra puerta, sino que están bien escondidos vete tú a saber dónde y nos van a exigir dar lo mejor de nosotros cada día para encontrarlos. ¿La recompensa a tal esfuerzo? Pues, además de obtener esos recursos vitales, el esfuerzo nos proporcionará (a) placer, en forma de endorfinas, y (b) una salud de hierro, en forma de músculos, corazón, pulmones y cerebro fuertes como el vinagre y jóvenes a la luz del microscopio, diga lo que diga nuestro DNI. Y, hablando de escala microscópica, en la base de nuestra condición física, nuestra capacidad para realizar esfuerzos, hay un único, minúsculo y, creo, injustamente desconocido elemento: la mitocondria. Este episodio va a ser una oda a la mitocondria, que, como he dicho, está en la base de nuestra condición física y, por consiguiente, de nuestro rendimiento deportivo, por un lado, y, por el otro, de la enfermedad degenerativa, derivada del sedentarismo extremo del siglo XXI. Ese sedentarismo en el que pasamos sentados, cada día, dos horas yendo y volviendo del trabajo, ocho horas frente a un ordenador, dos horas en la mesa del comedor y otras dos más frente al televisor. En fin, este mundo que nos hemos inventado, donde cabe pedir comida a domicilio, comunicarnos vía e-mail, entretenernos vía televisión a la carta y relacionarnos vía redes sociales. Cosas que pueden tener su lugar, sí, pero cuyo abuso deriva en muerte lenta, en forma de enfermedad crónica, como las que ya cité, y que representan un grave deterioro de la calidad de vida de quien las sufre y un enorme coste económico para la sanidad. El gasto sanitario anual de cualquier país industrializado en enfermedades no transmisibles es tal, que debería parecernos escandaloso, si no hubiéramos dado lo “normal” por “natural”: y es que, que algo sea frecuente, no debería significar que es natural. Lo natural es vivir bien hasta (casi casi) el último día y tener una muerte fulminante, tal como les ocurre a los animales salvajes; lo que debería resultar raro es vivir bien dos tercios de tu vida y pasar el tercio restante coleccionando achaques y poli-medicándote hasta las orejas, tal como nos ocurre a las personas y a nuestras mascotas. Me estoy enrollando y yo venía hoy aquí a hablaros de las maravillosas mitocondrias. Así pues, sin más dilación, vamos al turrón. Sígueme en https://www.instagram.com/correrporsenderos/

Visit the podcast's native language site